Hay pequeños hábitos que son de gran ayuda para mantenernos con buena salud. Los baños de vapor son uno de ellos y, especialmente, la sauna: una terapia antigua de desintoxicación y de cura del cuerpo y la mente. La sauna tiene una larga historia de uso en muchas sociedades. Desde los países nórdicos hasta Centroamérica, se ha utilizado la terapia de la sauna como un medio seguro, de liberación y de limpieza a lo largo de los siglos. La novedad es que ahora se ha descubierto que es muy beneficiosa para las mujeres a partir de los 40, y, sobre todo, en etapas menopáusicas.
Un estudio realizado en ratones ha determinado los efectos que puede tener en las mujeres el hecho de sentarse en un sauna y pasar cierto tiempo en esta terapia de calor. Este estudio, presentado en la reunión anual de la Sociedad Estadounidense de Nutrición 2024 en Chicago, revela que los ratones hembras que recibían una sauna diaria de 30 minutos ganaron menos peso y mostraron una mejor resistencia a la insulina, lo que ayuda a un control más eficiente del nivel de azúcar en sangre. Como es sabido, las mujeres menopaúsicas tienden a desarrollar tratornos cardiovasculares y diabetes.
Soonkyu Chung, profesor asociado en el Departamento de Nutrición de la Universidad de Massachusetts Amherst y líder del equipo, explicó que “nuestro estudio sugiere que la terapia de calor de cuerpo entero podría servir como una solución eficaz y no invasiva para controlar el aumento de peso y la resistencia a la insulina asociados con la menopausia”.
La sauna suele ser una cabina donde la temperatura está entre 70° y 100° centígrados o entre 158° y 212° Fahrenheit. Utiliza calor seco con un poco de humedad. Al darnos una sauna, la temperatura de la piel aumenta y comienza una sudoración intensa por la que eliminamos toxinas y los músculos se relajan.
Existen distintos tipos de sauna. Entre los más habituales:
La investigación presentada en la Sociedad Americana de Nutrición reveló que el calor activa procesos en el organismo de las mujeres que le hacen quemar grasas y utilizar energía de manera más eficiente. En conclusión, sentarse en un sauna podría ser beneficioso para aquellas mujeres que ven la actividad física como un desafío, ya que proporciona una forma relajante de mejora la salud metabólica.
Además, la sauna otorga otros beneficios para hombres y mujeres de cualquier edad. ¿Cuáles son los más importantes?
Como toda terapia, tiene algunas contraindicaciones. Por eso, antes de someterse a una sesión de sauna, es recomendable consultar con un profesional médico si es adecuado para nosotros. En principio, la sauna no estaría recomendada en estos casos:
En cualquier caso, darse una sauna siempre tiene que hacerse en condiciones de seguridad: nunca debe superar los 20 minutos y hay que estar atento a las propias sensaciones. Si sentimos mareo, vértigos o náuseas, hay que salir inmediatamente de la sauna. También hay que evitar entrar con joyas para que no se calienten y provoquen quemaduras.