¿Cuándo acabó de verdad tu juventud?

Dicen que la juventud es una enfermedad que se cura con los años. Paradójicamente, la gran mayoría de la humanidad aspira a 'contagiarse'. La constante aspiración ya no solo de ser, sino de permanecer joven, es uno de los pilares de la sociedad de consumo. La juventud es una industria. Pero ¿cuánto dura exactamente? Más allá de percepciones individuales y naturalmente subjetivas -aquello de sentirse más o menos joven es bastante relativo- hay estudios que determinan su duración precisa de manera científica.

Científicos de la Universidad de Stanford han determinado que, desde un punto de vista biológico, la juventud finaliza exactamente a los 34 años. ¿Cómo han llegado a esta conclusión? Tras realizar un estudio exhaustivo con una muestra de 4.263 individuos de entre 18 y 95 años, los investigadores lograron segmentar tres 'edades clave' en las que los cambios en el nivel de proteínas en el plasma sanguíneo son más pronunciados, lo que determinaría etapas significativas en el envejecimiento. Estos hitos se dan a los 34, 60 y 78 años.  “Las proteínas son los caballos de batalla de las células constituyentes del cuerpo y, cuando sus niveles relativos experimentan cambios sustanciales, significa que tú también has cambiado”, señalaron los autores de la investigación.

Contextualizando

Determinada la edad en la que acaba nuestra juventud, podemos extraer varias conclusiones: si el promedio de vida en España es de unos 84 años, quiere decir que pasamos la mayor parte de nuestra vida no siendo jóvenes. Tal vez deberíamos invertir más energía en disfrutar de cada etapa en lugar de obsesionarnos con una de ellas. Por otro lado, aunque el envejecimiento sea tanto físico como mental, es cierto que este último aspecto determina no solo nuestro estado de ánimo -y en ese sentido, sí, la juventud va por dentro- sino que nos ayuda a mantener el cuerpo precisamente 'joven'.

Así, a la consabida frase de "¿quién quiere vivir para siempre?" habría que agregarle otra "¿quien quiere ser eternamente joven?". El desequilibrio y el estrés (factores de envejecimiento, dicho sea de paso) se producen cuando no hay una armonía entre nuestra edad real y la que idealizamos. Y en realidad está más vivo quien vive mejor su experiencia presente.