Dice Dasha Kiper en "Viajes a tierras inimaginables" que "cuando dejamos de ver otras mentes como moralmente responsables corremos el riesgo de deshumanizarlas". Es, sin duda, uno de los grandes problemas que acarrean las enfermedades neurodegenerativas: si somos nuestra mente, cuando está se pierde, ya no somos. Y a nivel global vivimos en una enorme paradoja: el aumento de la esperanza de vida trae consigo un aumento en los casos de demencia. Vivimos más, pero ¿vivimos? Afortunadamente hay quienes se dedican a la lucha frontal contra este tipo de enfermedades y posibilitan no solo su entendimiento sino que buscan evitarlas.
Parte de ese trabajo científico consiste en buscar señales previas, tratamientos adecuados y causas posibles que contribuyan a aumentar el riesgo de padecerlas. En ese sentido, según publicaba la revista médica 'The Lancet' esta misma semana, "el informe de 2024 de la Comisión Lancet sobre prevención, intervención y atención de la demencia añade nuevas pruebas convincentes de que la pérdida de visión no tratada y el colesterol LDL alto son factores de riesgo de demencia. En general, alrededor del 45% de los casos de demencia son potencialmente prevenibles abordando 14 factores de riesgo modificables en diferentes etapas durante el curso de la vida".
Algunos de ellos son conocidos, como las lesiones cerebrales traumáticas, la hipertensión o el sedentarismo, a los que se suman la depresión, la obesidad, la diabetes o el consumo de alcohol. Sin embargo hay otros menos habituales entre las publicaciones científicas sobre la demencia. La educación, por ejemplo. Aunque pueda parecer sorprendente, según la 'The Lancet' "garantizar que haya una educación de buena calidad disponible para todos y fomentar actividades que estimulen la cognición en la mediana edad para proteger la cognición" contribuiría a minimizar los riesgos.
Otro de los factores a controlar son la pérdida de audición o la pérdida de visión, que según la publicación tendrían también influencia negativa en el sistema cognitivo. La publicación también incluye la contaminación ambiental y el aislamiento social como factores de riesgo. Por eso recomienda "priorizar entornos comunitarios y viviendas que sean amigables y que brinden apoyo a las personas mayores y reduzcan el aislamiento social al facilitar la participación en actividades y la convivencia con otras personas".
El tabaquismo es responsable de al menos un 2% de los casos de demencia, lo que parece poco, pero considerando todos los otros males derivados del consumo de tabaco, parece una razón más que atendible para dejarlo.
Por último, los autores sostienen que el exceso de colesterol en el cerebro se asocia con un mayor riesgo de ictus y el depósito de las proteínas beta amiloide y tau, muy asociadas al desarrollo del alzhéimer.