Aunque parezca mentira el ser humano pasa un tercio de vida en la cama, por eso el cuidado y la higiene son fundamentales. De media se pasan 60 horas a la semana en la cama, 65 si eres un poco más perezoso. Durante este tiempo, al igual que ocurre el resto del día, tu cuerpo expulsa sustancias de forma constante como el sudor, células muertas, saliva, fluidos genitales, pelos, orina… y un sinfín de polvo y suciedad que acaban absorbiendo las sábanas y fundas. Precisamente por todo eso es fundamental tener un correcto cuidado e higiene de las sábanas, almohadas y colchones.
Cada vez son más las personas que se preguntan ¿cada cuánto tengo que cambiar las sábanas de mi cama? Pues bien, por fin, los expertos se han pronunciado . Según el microbiólogo de la Universidad de Nueva York, Philip Tierno, lo ideal es lavar las sábanas una vez por semana. La psicóloga, neurocientífica y experta en sueño Lindsay Browning comparte este argumento, tal y como declaró en Radio '1 Newsbeat'.
Según Browning, hay que cambiarlas de forma semanal, o como mucho, cada dos semanas. “El sudor penetra en las sábanas y hace que estas no solo huelan mal, sino que se obstruyan”, afirma la especialista. Además, indica que es necesario que el aire circule para sentirnos frescos y dormir mejor, evitando una sensación de humedad en el ambiente. Por otro lado, un estudio de Cambridge realizado en guarderías muestra que lavar la ropa de cama con frecuencia puede reducir la frecuencia de gastroenteritis. Otros estudios afirman que evita las infecciones en vías respiratorias.
Además de estos cambios, es conveniente airear la cama antes de hacerla, cada día. De esta forma, conseguiremos ventilar la humedad acumulada, evitando que se formen microorganismos que pueden provocar infecciones o alergias. Aunque es una práctica muy habitual, hacer la cama por las mañanas no es del todo saludable, pues los expertos aseguran que hay que abrir la cama de manera completa, estirar las sábanas y abrir la ventana al menos 15 o 20 minutos de manera diaria para mantener las sábanas lo más higiénicas posibles hasta el próximo cambio.
La cantidad de tiempo que pasamos en la cama y el propio cuerpo humo hace que en las sábanas proliferen microorganismos como los ácaros (y sus heces), bacterias, hongos, que pueden ser muy perjudiciales para tu salud.
Los conocidos ácaros del polvo pueden causar alergias, dificultades en la respiración e incluso asma. Además, si el durmiente tiene alguna herida o corte pueden infectarse con el roce de la sábana al no estar totalmente higiénica. Incluso podemos contraer infecciones y hongos en las zonas genitales y en los pies.
Además, la humedad derivada del sudor o de otros fluidos corporales, si no se seca adecuadamente, puede propiciar la formación de moho en el colchón. Esto no solo afecta a la durabilidad del colchón sino que también puede tener consecuencias negativas para la salud, como alergias o problemas respiratorios.
Una vez hemos quitado de la cama las sábanas sucias, debemos lavarlas de manera correcta para eliminar toda la suciedad y matar hongos y bacterias.
En primer lugar, antes de meter las sábanas en la lavadora, es recomendable leer detenidamente la etiqueta, pues no todos los tejidos pueden lavarse en los programas más intensos de la lavadora.
Por normal general, casi todas las sábanas de algodón resisten a programas intensivos. Se recomienda lavar nuestra ropa de hogar a al menos a 60°C. Si lavamos las sábanas a una menor temperatura quizás no consigamos eliminar todos los microorganismos. Además, debemos usar un detergente de calidad que elimine la suciedad pero que no sea demasiado abrasivo con nuestra piel.
Es aconsejable eliminar las manchas antes de meter las sábanas en la lavadora. También es importante que no abuses del jabón, detergente o suavizante, ya que no influye en que se lave mejor la ropa de cama, sino que puede influir negativamente, impregnando demasiado el tejido. Cuando sea posible deja las sábanas secando al sol, esto ayuda a desinfectarlas.