Dormir es una necesidad fisiológica del ser humano que tiene sus consecuencias directas en la salud. No dormir bien puede provocar diversas patologías y consecuencias como tener los brazos dormidos al despertar. Aunque por lo general, se trata de una consecuencia directa de la postura utilizada para dormir, hay que prestar atención por si eso ocurre con mucha asiduidad.
Si te has despertado con los brazos dormidos más de una vez debes saber que has sufrido una sensación de parestesia. Un término que da nombre a una situación neurológica que provoca esa sensación de entumecimiento tan desagradable. Aunque en la mayoría de los casos se trata de una situación anormal que no entraña gravedad y que está asociado con la falta de riego sanguíneo, hay que estar atentos a sus síntomas:
Esto sucede por una irritación nerviosa de la zona afectada sin más importancia. Esta sensación suele durar como máximo una media hora. No más. La mala circulación, por opresión, suele ser la causa más recurrente, es decir, una mala postura, pero no suele ser la única razón.
Si al despertar tenemos los brazos dormidos, lo más probable es que se sufra parestesia. En términos médicos, esta situación responde a un trastorno de la sensibilidad. Una anomalía de índole irritativa que provoca ese hormigueo o ese entumecimiento. Aunque es habitual que la sientas en las manos, esta puede darse en cualquier parte del cuerpo en general y en las extremidades en particular. Se trata de una disfunción transitoria que desaparece con el transcurso de los minutos.
La sensación de tener los brazos dormidos o los pies tiene que ver con situaciones en las que quien lo padece ha estado mucho tiempo en la misma postura. “Lo más común es que una mala postura cause una compresión de un nervio periférico, lo que provoca una disfunción temporal. Esto puede manifestarse como pérdida de sensibilidad, hormigueo, pinchazos y, en algunas ocasiones, también pérdida de fuerza”, explica Ana Fernández-Arcos, coordinadora del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y el Sueño de la Sociedad Española de Neurología (SEN). En algunos casos, continúa la experta, comprime un área más extensa de nervios y afecta a toda la extremidad.
Las personas que duermen boca abajo con un brazo debajo de la almohada son las que más suelen experimentar este entumecimiento. Asimismo, los expertos aseguran que también son susceptibles aquellos que toman fármacos sedantes o alcohol antes de dormir, dado que tienen una menor capacidad de despertarse para cambiar de postura.
Fernández-Arcos, asegura que si este hormigueo ocurre de forma repetida durante varias noches a pesar de mejorar la postura durante el sueño, así como en los casos en los que este signo no mejora en pocos minutos, es importante consultar con un médico. “Si el inicio es brusco y se acompaña de otros síntomas como pérdida de visión, dificultades para hablar o afectación de otras partes del cuerpo, es fundamental acudir inmediatamente a Urgencias ante la posibilidad de que se trate de un ictus”, advierte.
La mejor manera de evitar tener los brazos y las manos dormidas al despertar es asegurar el descanso. La higiene del sueño es fundamental para prevenir cualquier patología, especialmente las neurológicas. Tener un colchón de calidad es, por lo tanto, una primera medida a adoptar.
Además, es bueno colocarse en una postura en la que no haya compresión ni restricción del nervio con flexión o extensión forzada de las articulaciones. En este sentido, algunas personas necesitarán acostumbrarse a diferentes posturas de las habituales.
Por lo tanto, se recomienda: