Según datos de la Fundación Española del Corazón (FEC), el 42,6% de los adultos españoles padece hipertensión y el 37,4% desconoce que la tiene. La presión arterial alta, también conocida como hipertensión, es una enfermedad común que afecta a las arterias del cuerpo. Al padecerla, la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias es muy alta constantemente, por lo que el corazón debe trabajar más para bombear sangre.
“La mayoría de las personas con presión arterial alta no tienen síntomas, incluso si las lecturas de presión arterial alcanzan niveles peligrosamente altos. Se puede tener presión arterial alta durante años sin presentar ningún síntoma. Algunas personas con hipertensión arterial pueden presentar dolores de cabeza, falta de aire y sangrados nasales. Sin embargo, estos síntomas no son específicos. No suelen aparecer hasta que la presión arterial alta haya alcanzado un estado grave o que pone en riesgo la vida”, aseguran dese Mayo Clinic.
La tensión arterial alta o hipertensión es una enfermedad que no tiene un remedio inmediato. Sin embargo, se puede trabajar para evitar que suba aún más: remedios caseros, consumir alimentos específicos o un estilo de vida concreto, son la clave para mantener bajo control la tensión arterial.
Consejos para bajar la tensión arterial
Dejar de fumar. Fumar aumenta tu tensión arterial. Por lo tanto, los días que te mantengas alejado del tabaco conseguirás evitar las subidas de tensión.
Reducir el consumo de alcohol. Lo mejor sería mantenerse alejado de toda bebida alcohólica, pero sabemos un vinito o una cerveza pueden apetecer de vez en cuando, por lo que lo mejor, después de no tomar nada de alcohol, es escoger las bebidas con menos graduación.
Minimizar el consumo de cafeína. La cafeína es un gran aliado de muchos nada más despertarse, pues es un acelerador natural del organismo, pero ojo, porque también activa la presión arterial. Se puede sustituir el café por bebidas como el té matcha que también tienden en activarnos a primera hora de la mañana.
Alejarse de los hidratos refinados. Los carbohidratos refinados se convierten rápidamente en azúcar cuando el organismo los metaboliza. Este azúcar llega directamente al torrente sanguíneo generando graves problemas de tensión. Lo mismo pasa con las harinas blancas.
No a los azúcares añadidos. Para bajar tu tensión arterial debes dejar de consumir productos con alto contenido en azúcar, entre los que destacan bollería industrial, caramelos o bebidas azucaradas.
Actividad física y ejercicio. El ejercicio físico aumenta la frecuencia cardiaca favoreciendo que el torrente sanguíneo circule por el cuerpo y se reduzca la presión. Basta con practicar 30 minutos diarios de la actividad que más te guste.
Bajar los niveles de estrés. La realidad es que el estrés acumulado es nefasto para la salud, más aún en aquellas personas que sufren hipertensión. Por eso conviene encontrar maneras de liberarlo. “Las técnicas de respiración son parte de los ejercicios de meditación que ayudan a reducir los niveles de ansiedad. Además, permiten relajar el cuerpo, disminuir la frecuencia cardiaca y bajar la presión arterial”, aseguran desde Mapfre seguros de salud.
Reducir el consumo de sal. La sal eleva tensión arterial de forma peligrosa. Es por ello por lo que se recomienda limitar su consumo a 2300 miligramos al día. Aun así, una dieta que esté por debajo de ese baremo es incluso más recomendable. Lo mejor es evitar platos precocinados, las salsas o algunos productos como los frutos secos son sal o la salsa de soja. Como alternativa, las especias son los mejores sazonadores.
Una buena dieta. Se recomienda seguir siempre una dieta saludable que incluya porciones adecuadas y un equilibrio de proteínas, hidratos de carbono y grasas saludables. No dejes de consumir frutas y hortalizas de forma diaria y elegir siempre productos frescos y de temporada.
Cuidar el peso corporal. Es común que la tensión aumente conforme se aumenta de peso, aunque esto no ocurre siempre. Para ello hay que pesarse de manera asidua y mantener la báscula a raya en la medida de lo posible.
Dormir bien. El sueño es fundamental para la recuperación del organismo. Algunas patologías como la apnea del sueño, el síndrome de piernas inquietas o el insomnio producen un aumento de tensión.
No dejar de ir al médico. La prevención es la mejor forma de mantener alejadas la mayoría de las enfermedades. Es una manera de anticiparte a patologías que, con el tiempo, pueden empeorar tu estado de salud. Merece la pena que acudas a tus revisiones médicas. Como mínimo, se recomienda realizar una revisión con tu médico de cabecera una vez al año. En el caso de tener la tensión arterial alta merece la pena ir con mayor asiduidad para que no de mayores problemas.