Muchas veces sentimos dolores en el cuerpo producto de malas posturas delante del ordenador cuando trabajamos o cuando miramos el teléfono, pero también por pasar mucho tiempo sentados e, incluso, por tener una postura incorrecta al andar. Muchas veces no reparamos en ellas, pero sí en las molestias que nos ocasionan con el paso del tiempo; desde una contractura en el cuello, un dolor en la espalda, en los hombros, en la cintura, que tardan en irse y que, afectan a nuestro día a día.
Andar es una de las actividades más saludables que se pueden practicar hoy en día, muchas personas permanecen horas sentados en posiciones incómodas temas de trabajo, y estirar las articulaciones ayuda a reducir los daños de este sedentarismo. Mantener una postura correcta a la hora de caminar, correr, estirarse, sentarse o acostarse es una de las claves para conservar la salud y comodidad del cuerpo sin un desgaste innecesario.
Aunque cada persona tiene su propio estilo andando, hay que ir siempre recto y erguido durante todo el paseo. La postura es fundamental para caminar bien y no dañar tu espalda. En ocasiones adquirimos hábitos muy negativos al andar que pueden ser un verdadero problema de salud en un futuro. Al caminar hay que llevar la cabeza bien erguida, la espalda recta y el mentón mirando arriba. Si eres capaz de mantener esa postura, la columna vertebral estará recta y a la vez eliminarás presión del diafragma para respirar mejor. Cada vez que andamos es fundamental ser consciente de la postura y nunca evitar el encorvamiento, pues tienen consecuencias muy negativas en el cuerpo.
Claves para andar correctamente
Siempre derecho. Este es el típico consejo que se escucha hasta la saciedad pero que es fundamental para mantener la ergonomía, porque encorvarse o inclinarse hacia atrás ejerce una presión excesiva sobre los músculos de la espalda. La única forma en que es bueno inclinarse ligeramente hacia adelante es cuando se está subiendo alguna cuesta, con el objetivo de mantener el equilibrio.
Miranda al frente. Mirar hacia abajo no solo puede ayudar a perder el equilibrio o hacer que sea más fácil chocarse con algún objeto, también hace que el cuello se encorve y genere una postura incómoda, que resulta en dolores y contracturas. La visión de una persona al andar debería estar al menos unos cinco o seis metros por delante de sus pies. También hay que mantener la barbilla levantada, estando paralela al suelo, para que se reduzca la tensión en el cuello y en la espalda.
Hombros hacia atrás y relajados. Los expertos tienen un consejo para encontrar la postura ideal de los hombros, y se trata de encogerlos por un momento, luego relajarlos y dejar que se vayan lentamente hacia atrás. Ese pequeño ejercicio ayuda a aliviar la tensión y los pone en una posición cómoda para el movimiento de la caminata. También se puede hacer durante varias veces al caminar para no olvidar la postura.
Abdomen activo. Mantener la tensión en los músculos del abdomen puede ayudar a que la postura del cuerpo al caminar sea la indicada, así como a resistir la tentación de la inclinación y el encorvamiento. La idea es que sin dejar de respirar las personas contraigan ligeramente el abdomen.
Talón, punta, talón, punta. Una de las técnicas más antiguas de caminata es la más indicada para tener la postura correcta, y es mantener el balance del cuerpo al poner primero el talón y luego la punta del pie para dar un paso. Es recomendable evitar dar pasos con el pie plano o golpear el suelo con los dedos primero, ya que esto, además de eliminar el equilibrio, puede generar molestias en las articulaciones inferiores.