La lista de enfermedades que dan derecho a pensión por incapacidad permanente

La incapacidad permanente es una situación laboral en la que a un trabajador le corresponde una pensión a causa de que se haya visto disminuida su capacidad laboral por las limitaciones anatómicas o funcionales que haya sufrido. Su reconocimiento se lleva a cabo por el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) y se rige por el artículo 193 de la Ley General de la Seguridad Social (LGSS)

Dicho artículo menciona que, normalmente, la incapacidad permanente se produce tras una incapacidad temporal, durante la cual se acaba determinando al trabajador como no apto, bien para su profesión, bien para cualquier otro tipo de trabajo. Para que a una persona se le conceda la incapacidad permanente tiene que cumplir con los siguientes requisitos:

  • En primer lugar, se debe estar dado de alta en la Seguridad Social o en una situación asimilada.
  • Asimismo, debe existir una situación médica en la que se den limitaciones anatómicas o funcionales que, en principio, sean definitivas o irreversibles o que no tengan posibilidad de mejora a corto plazo.
  • Por otro lado, cada incapacidad permanente y dependiendo de la causa por la que se hubiera generado, exige un tiempo mínimo de cotización. La única excepción es que la incapacidad permanente se produzca por una enfermedad profesional o por un accidente laboral, en cuyo caso no se regula un período mínimo.

Tipos de incapacidad permanente

Existen varios tipos de incapacidad permanente dependiendo del tipo de gravedad de esta y, en función a eso, puede ser parcial, total, absoluta o en su caso, dar lugar a la gran invalidez, tal y como se regula en el artículo 194 de la LGSS.

  • Incapacidad Permanente Parcial. La incapacidad permanente parcial es la más común dentro de esta clase de incapacidad. Se produce cuando no se alcanza el grado total de incapacidad ni esta impide al trabajador realizar las tareas de su profesión habitual, pero se produce una disminución igual o superior al 33% de su rendimiento normal. La indemnización que le corresponde será de una cantidad equivalente a 24 mensualidades de la base reguladora.
  • Incapacidad Permanente Total. La incapacidad permanente total se diferencia de la anterior en que, en la parcial, se producía una disminución del rendimiento en el desempeño de su profesión habitual, mientras que en la total se imposibilita dicho desempeño, aunque se puede seguir ejerciendo otros tipos de trabajo. Este tipo de incapacidad da lugar a una pensión que se corresponde con el 55 o el 75% de la base reguladora del trabajador, dependiendo de su edad.
  • Incapacidad Permanente Absoluta. En la situación de incapacidad permanente absoluta, el trabajador no está capacitado para ejercer ningún tipo de profesión u oficio. La renta que le corresponde en este supuesto equivale al 100% de la base reguladora.
  • Gran Invalidez. Al igual que en el supuesto anterior, la gran invalidez da lugar a que el trabajador no pueda desempeñar ningún tipo de profesión u oficio. No obstante, en este caso, además de lo anterior, el trabajador necesita ayuda de terceras personas para realizar los actos básicos de su vida diaria, como vestirse, desplazarse o ducharse, entre otros, a causa de las pérdidas anatómicas o funcionales. La pensión que le corresponde es el mismo importe de la incapacidad permanente absoluta, a la que se le incluye un complemento que se calcula sumando el 45% de la base mínima de cotización vigente en el momento de producirse la gran invalidez y el 30% de la última base de cotización que tuvo el trabajador.

Enfermedades que dan derecho al 100% de la pensión por incapacidad permanente

La Seguridad Social no dispone de una lista de enfermedades oficial que otorguen la incapacidad permanente en 2024, aunque sí que cuenta con una tabla de 52 enfermedades recurrentes que conceden el cobro de la pensión:

  • Ataxia
  • Artrosis cervical
  • Artritis Reumatoide
  • Aniridia
  • Alzhéimer
  • Albinismo
  • Agorafobia
  • Condromalacia Rotuliana
  • Cardiopatía Isquémica
  • Cáncer
  • Distrofia de conos y bastones
  • Distimia
  • Diabetes
  • Enfermedades hepáticas
  • Estenosis foraminal
  • Esquizofrenia
  • Enfermedades renales
  • Epilepsia
  • EPOC
  • Esclerosis Múltiple
  • Espondilitis anquilosante
  • Espondilitis degenerativa
  • Fibrosis quística
  • Fibromialgia
  • Hernia discal
  • Ictus
  • Lesión medular
  • Lumbalgia crónica
  • Lupus
  • Miopía Magna
  • Maculopatía
  • Neuropatía cubital
  • Narcolepsia
  • Postpolio
  • Radiculopatía Lumbar
  • Retinopatía diabética
  • Retinosis pigmentaria
  • Rizartrosis
  • Silicosis
  • Síndrome de Ménière
  • Síndrome de Sjögren
  • Síndrome de Südeck
  • Síndrome de Tourette
  • Síndrome del túnel carpiano
  • Síndrome subacromial
  • Siringomielia y Arnold Chiari
  • Stargardt
  • Trastorno Adaptativo Mixto
  • Trastorno bipolar