¿Hay algo peor que un dolor de pies? Cuidamos los pies en verano para mostrarlos descansados y bonitos, pero con la llegada de los meses más fríos, dejamos de hacerlo. Y es un error porque los pies no son solo unos apéndices para poder desplazarnos. Están conectados con nuestra salud, tal y como explica el fisioterapeuta Jesús Serrano, autor de 'La salud a tus pies' (Harper Collins). En esta obra, un compendio de herramientas, ejercicios, hábitos y ejemplos prácticos para mejorar la salud de pies y cuerpo a cualquier edad, Serrano, también licenciado a INEF, recuerda la importancia de liberar algunas partes de nuestra anatomía para activarnos y recuperar algunas de las funcionalidades perdidas por falta de uso de malos hábitos.
Los pies son los grandes olvidados en el cuidado del cuerpo. ¿Somos conscientes de lo que afectan los pies al estado de salud general?
Ahora, algunos sí somos conscientes de la importancia de los pies para la salud. Siempre hemos considerado los pies como algo al final del cuerpo, cuanto más encerrados y comprimidos mejor, bien sujetos y que no molesten mucho. Pero ahora hemos descubierto que son responsables de la estabilidad del cuerpo, en general. Es importantísimo que estén sanos y que funcionen porque son unos grandes transmisores de información y del entorno, y afectan a la postura entera. Hay que empezar a usarlos al cien por cien: son sensores, amortiguadores e impulsores del cuerpo. Los pies son una maravilla y tienen que estar sanos y en contacto con la naturaleza.
¿Qué trastornos o patologías pueden ‘venir’ por los pies?
Las más obvias son las que ocurren en el pie: juanetes o dedos en garra. Todo esto indica que el pie está sufriendo, pero otras lesiones de rodillas, algunas muy frecuentes en mujeres jóvenes, vienen porque el pie está enfermo, no está estable y la rodilla se va. Y si la rodilla se va, se va la cadera, la espalda no funciona bien, generamos más tensión postural en todo el cuerpo y podemos tener contracturas en la espalda y en el cuello. Podemos, incluso, apretar los dientes y tendremos bruxismo. Es decir, una mala pisada o un mal calzado que deforma el pie e imposibilita su buen funcionamiento puede llevar a problemas de migraña. Conozco a mucha gente que cambia de calzado y se pone un zapato más respetuoso y le desaparecen por completo los dolores de cabeza, así que los pies influyen en todo.
¿Qué daños suelen presentar los pies con los años?
Es raro ver a personas adultas con los dedos perfectos. Solemos encontrar dedos gordos un poco torcidos hacia el segundo dedo, dedos un poco en garra, callos en la parte de arriba de los dedos porque los dedos están arrugados, uñas encarnadas o uñas con formas triangulares... Es decir, muchas patologías asociadas a una cosa muy habitual: los pies no caben en los zapatos. Cuando vemos a personas mayores con estas patologías no es por genética, sino porque el pie ha estado encerrado durante años en zapatos que no tienen forma de pie, así que debemos despertar las conciencias de que nos han engañado: los pies no enferman por sí solos, los pies enferman por desuso o por un uso inadecuado dentro de un zapato que no respeta ni la anatomía ni la funcionalidad del pie. Para devolverle su salud, hay que descalzarse y usar zapatos con forma de pie y con la talla adecuada: todo el mundo va entre una y tres tallas menos de lo que le corresponde.
¿Qué hábitos inadvertidos perjudican su salud?
Hay que ir descalzo todo lo que se pueda: en casa, en la playa, en la piscina o el gimnasio. Cada vez que nos calzamos, estamos quitándole al pie un montón de estímulos. El pie está diseñado para trepar, reptar, saltar y correr descalzo. Esos estímulos son los que le hacen al pie ser pie y estar sano. Siempre que liberemos el pie y le saquemos de lo que le oprime será bueno. Me refiero a calcetines muy apretados, medias demasiado apretadas, medias de compresión, zapatos demasiado estrechos (todos el calzado convencional es estrecho, pero hay algunos zapatos aún más estrechos)... También hay que evitar el tacón, ni un dedo de tacón porque es malo para los gemelos y para la dinámica del pie, diseñada para ir en plano.
En el caso de las mujeres, ¿qué calzado es el más perjudicial? ¿Y el ideal?
Obviamente, lo peor es el tacón, cuanto más alto, más perjudicial. También es malo el zapato estrecho. Lo ideal es ir descalza y si no se puede con el calzado que más se parezca a estar descalzo: plano, flexible y de suelas finas. Ir descalzo es una maravilla, es lo primero que hacemos al llegar a casa: quitarnos los zapatos porque estar descalzo es un placer.
¿Qué opinas de la moda de ir en zapatillas?
A veces ves por la calle, zapatillas 'casual'. Nos engañan: son malísimas porque llevan un acolchamiento extra, un talón elevado y parece un calzado deportivo, nos machacamos a hacer kilómetros, pero pueden ser más perjudiciales que los tacones.
¿Y en el caso de los hombres?
Un poco lo mismo. Los hombres no suelen llevar tacones, pero los zapatos de traje son malísimos. Terminan en forma de punta, son duros... Te venden que cuanto mejor sea la piel, mejor, que cuanta más dura sea la suela, mejor... Y es un error. El zapato, cuanto más parecido sea a la forma del pie, mejor.
¿Por qué insistes tanto en lo conveniente de andar descalzos?
Hay que andar descalzo todo lo que se pueda y en el terreno que más retos y dificultades nos plantee. Hoy todo es liso, desde las aceras al suelo del trabajo o de casa, pero necesitamos pisar más la naturaleza, andar por parques, por zonas rocosas, por la playa... Todo lo que sirva para estimular el pie, mejor. Hacerlo descalzo es aún mejor para tener activados todas las articulaciones y todos los ligamentos.
¿Qué tips nos das en el día a día para mejorar la salud de nuestros pies, además de ir descalzos?
Por ejemplo, hacer ejercicios de equilibrio a la pata coja, con los dedos bien separados, ejercitar los dedos mientras vemos la televisión, leemos o estamos en casa tranquilos. También es bueno masajearse los pies, moviendo los dedos y facilitando que estén en libertad absoluta. En realidad, no hay recetas o ejercicios mágicos, pero yo diría que recuperar el dedo gordo, hacer ejercicios para activarlo y separarlo del dedo de al lado, de manera que estabilice el arco medial del pie, es fundamental. También hay que estimular el puente del pie. Como cosas sencillas, se puede andar desalzo, andar de puntillas y hacer ejercicios de equilibrio a la pata coja pueden ayudar.