La Fundación Española del Corazón (FEC) afirma que el 42,6% de los adultos españoles tenían hipertensión en 2023, uno de los principales factores de riesgo que contribuyen a la aparición de la enfermedad cardiovascular. La presión arterial normal está por debajo de 120/80 mmHg y se considera hipertensión cuando está por encima de 140/90 mmHg. Si se superan esas cifras aumenta el riesgo de enfermedades del corazón, riñón, accidentes cerebrovasculares, aneurismas y otros problemas de salud.
La hipertensión es más prevalente en los hombres que en las mujeres: el 49,9% de ellos la padecen frente al 37,1% de las mujeres. A pesar de la evidencia sobre sus riesgos, el 37,4% de los españoles desconoce que es hipertenso. Además, el infradiagnóstico es especialmente alto en el grupo de edad de 18 a 30 años, ya que el 84,1% de ellos no sabe que tiene hipertensión.
A la hipertensión se la conoce también comomuerte silenciosa porque no suele presentar síntomas, pero puede causar graves problemas de salud como derrames cerebrales, insuficiencia cardiaca, infarto e insuficiencia renal. La única manera de saber si se tiene hipertensión es la medida de la tensión arterial.
Crisis de hipertensión por las que acudir a urgencias
Es necesario consultar al médico por hipertensión cuando las cifras tensionales, tomadas adecuadamente en casa, superen habitualmente cifras por encima de 135/85 mm Hg. Además, desde “Go Red For Women”, movimiento nacional de la American Heart Association para erradicar las cardiopatías y los accidentes cerebrovasculares en mujeres, aseguran que existen dos crisis de hipertensión que requieren de evaluación inmediata y con las que se debe acudir a urgencias:
Urgencia hipertensiva leve. Si la presión arterial es 180/120 o superior, hay que esperar unos cinco minutos y volver a medirla. Si la segunda lectura es igual de alta y no se experimentan otros síntomas relacionados con daño del órgano objetivo, como dolor torácico, respiración entrecortada, dolor de espalda, entumecimiento/debilidad, cambios en la visión o dificultad para hablar, entonces debe considerarse una urgencia hipertensiva leve. Es posible que el profesional de la salud solo tenga que añadir medicamentos o ajustar la medicación, pero rara vez se requiere hospitalización.
Urgencia hipertensiva grave. Si la lectura de la presión arterial es de 180/120 o más y experimenta otros síntomas relacionados con daño del órgano objetivo, como dolor torácico, respiración entrecortada, dolor de espalda, entumecimiento/debilidad, cambios en la visión o dificultad para hablar, entonces debe considerarse una urgencia hipertensiva grave. No hay que esperar a ver si la presión disminuye por sí sola, hay que llamar al teléfono de emergencias o acudir a urgencias inmediatamente.
Daños que provoca la hipertensión
Si no se detecta o no se controla, la hipertensión arterial puede provocar:
Ataque al corazón: la hipertensión arterial daña las arterias que comienzan a obstruirse y evitan el flujo sanguíneo al músculo cardíaco.
Derrame cerebral. La hipertensión arterial daña las arterias de todo el cuerpo y produce afecciones que hacen que las arterias se rompan o se obstruyan con mayor facilidad. Un accidente cerebrovascular se produce cuando un vaso sanguíneo en el cerebro se obstruye por un coágulo o se rompe.
Insuficiencia cardíaca: el aumento de la carga de trabajo debido a la hipertensión arterial puede hacer que el corazón aumente y que no suministre sangre al cuerpo.
Insuficiencia o enfermedad renal: la hipertensión arterial puede dañar las arterias que rodean los riñones e interferir en su capacidad para filtrar la sangre de manera adecuada.
Pérdida de vista: la hipertensión arterial puede producir tensión o dañar los vasos sanguíneos de los ojos.
Disfunción sexual: la hipertensión arterial puede provocar disfunción eréctil en hombres y puede contribuir a una libido más baja en mujeres.
Cardiopatías. con el tiempo, la hipertensión arterial puede provocar cardiopatías, que incluye enfermedades microvasculares (EMV). La angina, o dolor torácico, es un síntoma común.
Enfermedad arterial periférica (EAP): la arterosclerosis causada por la hipertensión arterial puede causar un estrechamiento de las arterias de las piernas, los brazos, el estómago y la cabeza, causando dolor o fatiga.