Escribir a mano es una parte fundamental de la historia de la humanidad, no obstante, con la llegada de la tecnología, sobre todo en los ordenadores y de los dispositivos electrónicos, la escritura a mano se ha ido perdiendo en el tiempo. Actualmente muchas personas a penas cogen un bolígrafo en su día a día, pues lo han sustituido por un teclado o por el móvil. Y aunque escribir en un teclado es mucho más rápido, más cómo y más fácil, lo cierto es que se pierde la huella personal que cada uno tienen al escribir a mano.
Estudios aseguran que objetos como el lápiz y el papel deberían continuar teniendo una función más relevante de la que tienen actualmente. Hasta hace no tanto bolígrafos y papel solían ser los pilares de las aulas, pero en los últimos años han sido reemplazados cada vez más por portátiles y tabletas. Aunque la tecnología ha llegada a nuestras vidas para quedarse, la escritura a mano tiene multitud de beneficios para las personas, como el descanso de los ojos, el aprendizaje y la memoria. Estos son solo algunos de los beneficios que obtenemos de escribir a mano.
Cuando escribimos a mano, nuestro cerebro se encuentra constantemente tomando decisiones, buscando soluciones. Las ligaduras entre letras son nexos de unión entre ideas y pensamientos que, de forma constante, trabajan la comprensión, la abstracción y la lógica.
Cuando escribimos a mano proyectamos un foco hacia el que nos dirigimos, centrando nuestra atención en él y evitando las posibles distracciones.
Escribir a mano activa áreas del cerebro involucradas en el aprendizaje y la memoria. Estudios han demostrado que los estudiantes que toman apuntes a mano durante las clases tienden a recordar la información mejor que aquellos que usan dispositivos digitales. Esto se debe a que el proceso de escribir a mano implica un esfuerzo cognitivo más significativo y una mayor coordinación motora, lo que fomenta una mayor retención de la información.
Esto quiere decir que las regiones cerebrales asociadas con el aprendizaje se encuentran más activas cuando las personas escriben a mano que cuando lo hacen con un teclado. Por ello, escribir a mano promueve la codificación profunda de la información y hace que se consolide mucho mejor el aprendizaje. Es precisamente el hecho de que la escritura a mano sea un proceso más lento y elaborado lo que facilita el aprendizaje, la comprensión y la memorización del contenido.
El hecho de estar entretenidos con una actividad que invita a la dinámica constante y al ejercicio del pensamiento, nos evade de los problemas y de las preocupaciones. Cuando escribimos, concentramos nuestra atención en cada letra, manteniendo la mente ocupada.
La práctica habitual de la escritura manuscrita despierta la imaginación y fomenta la creatividad.
Cuando plasmamos nuestras ideas en un papel organizamos mejor lo que tenemos en la mente y esto nos ayuda a encontrar soluciones prácticas a los problemas que se plantean en el día a día.
Gracias al agarre en forma de pinza al coger el lápiz o el boli y a la ejecución de los primeros trazos mejoramos la motricidad fina.
Escribir a mano estimula funciones cerebrales relacionadas con áreas como la lectura.
Al escribir a mano es más fácil detectar las faltas de ortografía sin usar el corrector del ordenador. Y lo que es mejor, estas correcciones manuales se fijan mejor en la memoria.
Según una investigación publicada en Neurology Journals, escribir a mano puede ayudar a proteger el cerebro del envejecimiento. El proceso de escritura involucra varias partes del cerebro y, hacerlo de vez en cuando, puede ser un ejercicio útil para mantener la mente alerta. La escritura manual puede ser un trabajo adicional para el cerebro, un delicado y complejo órgano que también tiene que cuidarse.
Muchas veces sirve de desahogo cuando tenemos sentimientos ambivalentes, desencontrados o nos pueden ayudar a gestionar la ira y los enojos, entre otros.