Dejar de beber es uno de los propósitos clásicos de cada nuevo año. Podemos decir que está en el top 5, entre dejar de fumar, quitarse unos kilos de más y hacer algo de ejercicio. Cualquiera de estos objetivos tiene un impacto directo en la salud física y mental, pero el alcohol es uno de los más rápidos en cuanto a efectos. Abandonar la cervecita del aperitivo o el vino de la comida tiene efectos positivos en cuanto se abandona el hábito. ¿Qué mejor momento para ello que el mes de enero, después de los excesos navideños? El enero seco empieza a imponerse en muchas partes del mundo y, realmente, tiene un sentido.
Un mes de abstinencia basta para que el hígado, el mayor afectado por la ingesta de alcohol, se recupere, tal y como señala un estudio realizado a más de 4.000 personas por la Facultad de Medicina de Brighton y Sussex. La mayoría de las personas que beben regularmente más del límite recomendado de 14 unidades de alcohol por semana o alrededor de seis vasos promedio de vino (unos 175 ml) podrán desarrollar hígado graso, con el riesgo de padecer cirrosis.
Un solo mes de abstinencia se asocia con reducciones de la grasa hepática, la glucosa en sangre y el colesterol en sangre, apunta este estudio, que confirma lo señalado por otros trabajos.
Respecto a los efectos inmediatos que conlleva dejar el alcohol, uno de ellos es que las personas duermen mucho mejor cuando no beben. Pese a la creencia habitual, el alcohol no solo no facilita el sueño, sino que su consumo perjudica la calidad del descanso y el número de horas; de hecho, puede empeorar la apnea del sueño. Dormir mal puede afectar también a la memoria y la concentración. Como se sabe, una falta de sueño crónica puede llevar al deterioro cognitivo, por lo que el descanso es fundamental.
Cuando se deja de beber, se comienza a descansar mejor y los niveles de energía se recuperan. El 50% de los participantes en el estudio aseguró que tenía mejor salud en términos generales. Como efecto colateral, las finanzas personales también mejoraron, ya que el 63% reconoció que dejar el alcohol durante 30 días les ayudó a ahorrar.
El reto de abandonar el alcohol, aunque solo sea durante un mes puede ser difícil. Muchas de las personas que beben son consumidores sociales y suelen hacerlo en eventos o reuniones familiares. La clave para los expertos es minimizar las oportunidades, quedar en momentos o espacios donde no se consuma y planificar alternativas abstemias.
Los profesionales de la salud también insisten en que si no es posible llevar a cabo el reto de no beber durante un mes, sí es muy aconsejable limitar el consumo de alcohol durante la semana también puede tener efectos positivos. Cuando el hígado está al menos tres días sin tener que metabolizar alcohol, se observan reducciones notables en la grasa del hígado.