Han pasado ya cinco meses desde que Ana Rosa Quintana abandonó su programa para luchar contra un cáncer de mama del parece que ya se recupera con éxito. Después de una Semana Santa en Sotogrande y una intervención que parece ser el final de la batalla, la presentadora ha asegurado a Informalia que "todo está muy bien. Estamos en el final", refiriéndose al tratamiento.
Ahora, se encuentra en su domicilio descansado tras pasar por quirófano. "Ha sido todo un éxito hasta donde yo sé", confirmaba su amigo Joaquín Prat. Durante los últimos meses, Quintana ha estado en todo momento acompañada de su marido, Juan Muñoz, y también de sus compañeros de trabajo, que se acercaron a visitarla antes de la intervención. "Ayer tuvimos la suerte de comernos un cocido en su casa. Está espectacular. Está como siempre. Un poquito más delgada, pero con ese brillo en los ojos, la actitud... Está inalterable", añadía el mismo Prat.
Unos días antes de la operación, la colaboradora del programa de Ana Rosa, Marisa Martín Blázquez, quiso mostrar su apoyo a la presentadora a través de una carta. "Tú, Ana, siempre fuiste de las valientes, de las que planta cara a los problemas y, además, con la sonrisa puesta. Tú eres una Atenea moderna, una diosa de la estrategia, de la sabiduría y de la guerra justa, y por eso saldrás vencedora".
Desde que comenzó su lucha, Ana Rosa está siguiendo unos hábitos estrictos y saludables. La dieta sana, el yoga y la naturaleza han sido sus fieles aliados durante este camino. "Después de 4 meses de tratamiento estoy muy bien, en este momento rabiosa por todo lo que me estoy perdiendo en el programa (…) Estoy aprendiendo tantas cosas …. He dicho hola a verduras y frutas, a lo natural y ecológico, adiós al azúcar, todo lo procesado, las grasas, el alcohol y todo lo que ya sabemos y no hacemos. Alimentarse bien y hacer ejercicio funciona", explicaba en una de sus últimas publicaciones de Instagram.
El yoga se ha convertido también en otro de sus mejores aliados. "Cuando la diagnosticaron, lejos de abandonar la práctica y después de consultar con su oncólogo, decidió continuar. Estos procesos, son procesos duros física y emocionalmente así es que hemos ido adaptando la práctica según las necesidades del momento”, explicaba en las redes su profesora, Carmen Cánovas. "Hoy sólo puedo decir que estoy muy orgullosa de ella, de su trabajo y perseverancia, de su esfuerzo, de sus ganas de luchar contra la enfermedad, de sus ganas de vivir, siempre con una sonrisa. Escuchando su cuerpo de una manera más consciente, trabajando la energía con sensibilidad y respeto", añadía.