Hace días os contábamos que la incidencia de coronavirus en mayores de 60 tras la Semana Santa. Ahora, esos malos datos llegan también a las residencias. La semana del 11 de abril tenían, de media, más de 2.000 casos por cada 100.000 habitantes. Galicia, Navarra, Canarias, Aragón, Murcia, Castilla y León, Madrid, Castilla-La Mancha, Cantabria y Extremadura ven cómo sus casos repuntan semana tras semana y los brotes no paran.
La peor parte se la lleva, por el momento Cantabria, que ha tenido un macrobrote con más de 200 casos en tres de sus centros. Si la tendencia sigue al alza, los expertos creen que estaríamos enfrentándonos a una séptima ola centrada, sobre todo, en este grupo de edad tan vulnerable.
Como hemos visto en otras olas, es un conjunto de circunstancias. Por un lado, mientras que parte de la población todavía no ha recibido la tercera dosis de la vacuna, los residentes se vacunaron entre octubre y noviembre, hace seis meses, lo que significa que es posible que está empezándose a perder protección. Por otro lado, nos enfrentamos a nuevas variantes o subvariantes, como la XE, que se trata de una mutación surgida de dos sublinajes de ómicron, la BA.1 y la BA.2, y cuyo periodo medio de incubación tras producirse el contagio es de tres días. Además, es más contagiosa que otras mutaciones del coronavirus original, ya que presenta una tasa de 10 puntos superior a la "versión silenciosa".
La relajación de las medidas de contención parece ser la tercera razón a la que los médicos achacan esta subida de casos. Recordamos que en las residencias las cuarentenas también se han reducido a cinco días, ya no se hacen test periódicos como ocurría hasta ahora y las mascarillas ya son únicamente obligatorias para trabajadores y familiares.
Están especialmente preocupadas Asturias, Canarias, Castilla y León, Extremadura, Galicia y Navarra que registran más de 1.000 casos por cada 100.000 habitantes en personas de más de 80 años, con positividades que superan el 20%. Dados estos números, algunas organizaciones de mayores, patronales y autonomías piden ya que se inyecte un cuarto booster para que los repuntes sean benignos y no incidan en las hospitalizaciones. Desde el Gobierno se han pronunciado a favor de inocular este segundo refuerzo, si bien no han determinado cuándo se pondría.
Otros países como Reino Unido, Israel, Francia y Estados Unidos, entre otros, ya comenzaron a pinchar cuartas dosis hace semanas y que la Agencia Europea del Medicamento la ha autorizado para mayores de 80 años.