Hasta hace solo unos años la avena no es que fuese una desconocida, pero sí que no se oía hablar de ella en exceso y tampoco se utilizaba demasiado. Pero desde hace un tiempo ha comenzado a ser un cereal cada vez más demandado para hacer desayunos o postres, y en eso tiene mucho que ver los beneficios que ofrece al organismo su consumo. Los copos de avena, las galletas o los batidos con este cereal se han convertido en un imprescindible para muchos. ¿Cuáles son sus verdaderos beneficios? ¿Cuenta con alguna contraindicación?
Según datos de la Fundación Española de Nutrición (FEN) los adultos y los adultos mayores son los grupos poblacionales que más avena consumen en España, siendo un cereal con un buen valor calórico ofreciendo una gran energía al organismo, 361 calorías por 100 gramos, además de aportar al organismo ácidos grasos pero destacando sus nutrientes. Entre ellos cuenta con altos contenidos en hierro, magnesio, zinc, fósforo, potasio, vitamina E y varias vitaminas B. Aún así, puede que una de las cosas que más destaquen entre sus componentes sea la fibra, con un alto contenido en ella. Ahora bien, ¿qué beneficios nos aportan todos estos nutrientes?
Si empezamos por sus fibras dietéticas estas consiguen mitigar no solo los niveles de colesterol, también lo hacen con los valores de glucosa en sangre. Además, si por algo es conocida la fibra es por ser capaz de regular la digestión, algo que ocurre con la ingesta de la avena, permitiendo a su vez absorber los nutrientes en el instante de la digestión para llevarlos a todo el organismo y aprovechar sus beneficios. Por tanto su fibra es clave para obtener todo lo bueno que contiene este cereal.
Uniendo esta parte de digestión y absorción, la textura de la avena tiene sus consecuencias en el intestino, de manera que produce una sensación de saciedad, por lo que no se tiene esa necesidad de picar entre horas.
Los beneficios nutricionales que contiene la avena permiten que se convierta en un alimento que pueda prevenir enfermedades o disminuir algunos factores de riesgo sobre otras patologías más graves, entre las que por ejemplo se encuentra la diabetes. La avena contiene beta glucanos, los cuales ayudan a controlar la glucosa en sangre, siendo un alimento adecuado tanto para diabéticos como para aquellos que presentan predisposición a padecer la patología.
Tal y como señala la FEN, algunos estudios señalan que el consumo de avena puede asociarse a una disminución del peso corporal, convirtiéndose en un alimento clave para prevenir o reducir la obesidad. Antes ya comentamos su valor en la reducción del colesterol en sangre, un beneficio más que importante, pues la avena podría ayudar de esta manera a prevenir enfermedades cardiovasculares derivadas del colesterol.
Quizá una de las dudas más comunes sea cómo tomar la avena, y el desayuno es el momento ideal para hacerlo añadiendo los copos de avena a la leche o el café a primera hora de la mañana. De todas formas hay múltiples maneras de tomarla, ya sea a través de leche de avena o haciéndote tú mismo un batido con copos de avena, leche y un plátano, por ejemplo.
Otras de las recetas más comunes son las galletas de avena, que se pueden acompañar de frutos secos o frutas como el coco para darle un sabor diferente o comprar, o hacer, pan de avena, que está delicioso y puede servirte para desayunos, meriendas o cenas. Otras de las opciones más famosas son las tortitas de avena, que es difícil no caer en la tentación de echarle crema de cacao por encima una vez terminadas, o un rico bizcocho con avena.
La avena es un cereal que no debe faltar en nuestras despensas. Es muy completo en cuanto a nutrientes y ofrece beneficios de todo tipo, siendo perfecto para los desayunos. Eso sí, siempre hay que tomar la avena con moderación, sin pasarnos y dejando espacio para otros productos en nuestra dieta.