No tienes barra libre: el capital solar o el número de horas de sol que cada piel puede soportar en una vida

  • El capital solar es la exposición que nuestra piel puede aguantar a lo largo de nuestra vida

  • ¿Se puede medir? No, pero sí tomar medidas para que no se reduzca drásticamente y aparezcan dolencias cutáneas

  • Aunque en verano es cuando más nos exponemos al sol, también debemos cuidarnos en invierno

Ya es verano y se ha dado oficialmente el pistoletazo de salida a la temporada de piscinas, playas o pantanos a los que irnos a dar un baño y teñir nuestra piel de un tono más oscuro. Aunque como ya sabemos, hay que ser precavidos con las horas que pasamos al sol y siempre cuidando la piel con el protector adecuado. La Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) lo recuerda, cada año se diagnostican en el mundo unos tres millones de casos de cáncer de piel no melanoma y más de 130.000 casos de melanoma, en España durante 2018 más de 21.000 personas fueron diagnosticadas. Dado que el sol es un arma de doble filo, es necesario conocer el capital solar, un concepto que se acuña a la exposición solar que nuestra piel puede aguantar a lo largo de la vida.

Los dermatólogos no se cansan de repetir la frase de que "la piel tiene memoria", especialmente en esta época en la que el índice ultravioleta sube desmesuradamente y nuestra piel puede verse más dañada. Ahora bien, el capital solar no es, ni mucho menos, infinito pero, ¿podemos saber de alguna forma cuánto es? Lo cierto es que no con exactitud, tampoco es un reloj, pero sí que podemos hacernos una idea en base a ciertos factores, como nuestro tipo de piel o cómo la hemos cuidado y mimado durante el paso de los años.

En todo caso, el capital solar disminuye con el paso de los años, pero especialmente con la radiación que recibimos sin protección solar, siendo esencial evitar las quemaduras, recuerda, otra vez, la famosa frase: "la piel tiene memoria". Así que primer paso para no agotarlo: protección.

La peor de las consecuencias: cáncer de piel

Además, cuando el capital se termina lo notaremos. Empiezan a aparecer manchas y arrugas por la sobreexposición que hace envejecer antes. Esto, sin embargo, es la menor de las consecuencias, ya que de la peor hablábamos al inicio, el cáncer de piel. Por eso mismo, hay ciertas personas que deben cuidarse de los rayos del sol con especial atención, como las que tienen muchos lunares o pecas, las de edad avanzada o si se ha sufrido alguna quemadura solar.

Cuidar tu piel

Ahora bien, es verano, hay vacaciones y la playa te llama demasiado. ¿Qué hago? Principalmente, tomar algunos de los principales consejos, como evitar las horas centrales del día para tirarte cual lagarto sobre una hamaca. Por ello, de 12:00 a 17:00 horas, cuando el sol está más fuerte, mejor quedarse en casa o bajo la sombrilla y, en cuanto a crema, y más ahora, lo ideal es usar protección como mínimo de 30, renovándola cada rato, en concreto los primeros días que nuestro tono de piel aún es muy claro. Eso sí, para una tez muy clara, mejor protección del 50 o superior.

También en invierno

En todo caso, la sombrilla, una gorra o un sombrero siempre son bienvenidos para protegernos la cara y el cuello y absorber vitamina D pero sin llegar a achicharrarnos. Y recuerda que cuando sales a pasear por una avenida, a hacer unos recados o a hacer senderismo o ciclismo, el sol sigue ahí.

Esto nos recuerda que, pese a que el verano es la época de coger sol, este está presente todo el año. Por eso en invierno también debemos controlar nuestro capital solar protegiéndonos de la radiación, por ejemplo cuando nos vamos un fin de semana a la sierra a esquiar. Esos días parece que no, pero la radiación nos da de lleno y es muy necesario que toda la familia se proteja adecuadamente para cuidar la piel lo mejor posible.