Parece que la pandemia, al menos como la conocemos hasta ahora, tiene los días contados. Decimos parece porque han sido ya varias las ocasiones en las que parecía que habíamos vencido al virus hasta que una nueva ola de contagios hacía que se elevasen las restricciones para detener la covid-19. Ahora el escenario es diferente, varios países han anunciado el fin de las restricciones, con Dinamarca a la cabeza en Europa. La mascarilla, sin embargo, sigue siendo clave en algunos casos, pero ¿podría llegar un nuevo tipo de tapabocas a nuestras vidas? Al menos en Corea del Sur lo han hecho, aunque esas nuevas mascarillas no están exentas de polémica.
La mascarilla de la que te hablamos puede parecer normal, similar a las FPP2, pero tiene una peculiaridad, y es que es compatible con el consumo de comida y bebida, ya sea en la calle, en un bar o en un restaurante. Esto se debe a que está preparada para que, cuando te sientes en la mesa de tu restaurante favorito y te traigan una copa de vino o el plato, no sea necesario quitarte la mascarilla, o al menos no en su totalidad.
Elaborada por la empresa surcoreana Atman, ha sido bautizada como kosk, y cuando vamos a comer o beber la parte baja puede doblarse o plegarse de tal manera que solo queda cubierta la zona de la nariz, pudiendo comer tranquilamente sin miedo a la transmisión del virus, al menos por vía nasal, ya que la boca está al descubierto. Y todo por 9.800 wones, unos 7'25 euros.
Su peculiaridad ha hecho que rápidamente se haya expandido por redes sociales más allá del país asiático, obteniendo reacciones de todo tipo. Según destaca 9News, la presidenta de epidemiología del Instituto de la Salud de la Universidad de Deakin, en Australia, Catherine Bennet, opina que es "una idea extraña" y que, mejor que llevar nada es, obviamente. No obstante, sí que recuerda que no deja de ser una mascarilla vulnerable, pues nos permite contraer el virus a través de la boca.
No es una idea novedosa. En marzo de 2021 investigadores mexicanos del Instituto Politécnico Nacional ya habían creado una mascarilla nasal, similar a una quirúrgica, con el objetivo de cubrir solo la nariz y dejar al descubierto la boca. En todo caso, cuando la presentaron afirmaban que no pretendían "sustituir el cubrebocas, sino reforzar las medidas para cuidar la salud".
Así, 'Mask Eating', como la bautizaron, fue creada para reforzar la protección contra el virus en momentos puntuales, como cuando comemos o hacemos una visita al dentista en la que hay que retirarse al completo la mascarilla.