Llega un momento en el que lo tienes decidido. Sabes que no quieres tener más hijos pero, ¿te has planteado alguna vez que puedes cambiar de opinión? Durante años se ha hablado de la congelación de ovarios, pero tú también puedes criopreservar tu esperma y así tu fertilidad. Además, según un estudio publicado recientemente por la revista médica Maturitas, los hombres que deciden ser padres después de los 45 años aumentan las posibilidades de que el bebé nazca de forma prematura, con bajo peso y con problemas de desarrollo cognitivo.
Ante el incremento de padres 'de avanzada edad', la congelación de semen se posiciona como una técnica eficiente para conservar una fertilidad masculina de calidad. Es un proceso por el cual "se pueden mantener los espermatozoides durante un periodo muy largo de tiempo en condiciones óptimas para la reproducción", explica Moisés de la Casa, responsable de andrología de Ginefiv, clínica especializada en reproducción asistida. Y añade que "hay casos en los que se ha guardado durante 25 años y sigue siendo perfectamente viable".
Antes de comenzar el procedimiento "se pide al paciente que se realice unos análisis de sangre para hacer una serología que descarte enfermedades como el VIH, la hepatitis o la sífilis", cuenta el experto. Tras los resultados se determina que el varón es apto y se puede comenzar el proceso. Para la obtención de una muestra válida "es necesario de entre dos y cinco días sin eyacular y es recomendable, además, que en el último mes y medio el hombre no haya tenido fiebre ni haya tomado medicación".
La muestra de esperma debe guardarse en un vaso estéril comprado en farmacia, y una vez extraída, se debe entregar en la clínica antes de que transcurra una hora y media, para garantizar la máxima calidad. Ya en laboratorio se analiza si dispone del número suficiente de espermatozoides y se procede al congelado. "Se añaden al semen unos crioprotectores y se va bajando su temperatura hasta almacenarlo en vapores de nitrógeno". La conservación se realiza a una temperatura de -196 grados centígrados.
"La edad, en el caso de los hombres, no es un factor tan limitante como en el de las mujeres. Pero es cierto que según se cumplen años se producen una serie de alteraciones que pueden influir en la calidad del esperma y en su cantidad", explica de la Casa. "Desde los 35 años y hasta los 40 suele ser un buen momento para recoger la muestra", concreta el especialista.
En cuanto a los perfiles, hay tres tipos de pacientes que suelen acudir a congelar el semen.
Por un lado "hombres que se plantean hacer una vasectomía porque ya tienen hijos y, en principio, no quieren tener más. Aun así, prefieren guardar una muestra durante algunos años".
Por otro lado están "aquellos que se van a someter a una operación de próstata, que puede tener como efecto secundario la eyaculación retrógrada". Es decir, se produce la espermatogénesis pero el fluido que va a ser eyaculado en lugar de ser expulsado a través de la uretra, se redirecciona hacia la vejiga.
"Sin embargo, los casos más habituales de criopreservación del esperma se dan en pacientes oncológicos", explica el doctor. Hombres que van a someterse a tratamientos como quimioterapia o radioterapia que puedan comprometer su fertilidad. "En este caso las normas cambian. Si viene un hombre y al día siguiente empieza el tratamiento se intenta realizar aunque no se hayan cumplido los plazos".
Los precios de este proceso varían según el centro en un horquilla puede ir desde los 150€ hasta más de 400€. No obstante, es importante saber que este proceso conlleva un coste fijo anual por la conservación del esperma en los 'bancos' de la clínica que suele rondar los 150€.
Algunos centros realizan la muestra de manera gratuita en pacientes oncológicos. "Si vienen con un informe médico se recoge y conserva cinco años de forma gratuita. Es nuestra manera de ayudarles, después las cuotas son pequeñas", concluye el doctor Moisés De la Casa.