La calidad del aire es una cuestión de gran importancia en las sociedades actuales, especialmente en las grandes ciudades. Principalmente, lo es por motivos de salud pública: a peor calidad del aire, más pronto envejecen los pulmones, según indica un estudio del Biobanco de Reino Unido. Inhalar aire contaminado, de baja calidad, puede suponer un gran problema para las personas de edad acanzada y aquellas con enfermedades respiratorias crónicas, según indica un informe de la fundación ambiental ECODES. Ahora, otro motivo acrecenta la necesidad de paliar la contaminación atmosférica: la contaminación atmosférica podría favorecer que el coronavirus permanezca más tiempo en el aire.
Un estudio de la Universidad de Bolonia datado en marzo ya señaló a principios de la pandemia que había una relación directa entre la contaminación ambiental por partículas en suspensión y la velocidad de propagación del coronavirus en la zona norte de Italia, que en aquellos momentos era una de las más castigadas por la pandemia. Establecieron también que las partículas atmosféricas contaminadas funcionaron entonces como un factor "vehicular" del coronavirus.
Los investigadores señalaron en su momento que la velocidad del incremento de contagios podría estar ligada a las "condiciones de contaminación de partículas atmosféricas". De esta forma, y desde los primeros momentos de la pandemia, la relación entre la contaminación del aire como factor vehicular del coronavirus ya se expuso como una posible causa del aumento de los contagios en determinadas zonas del norte de Italia, que durante las primeras semanas del virus fueron el epicentro de la pandemia en Europa.
El otro hallazgo importante que resaltó en este estudio fueron las hipótesis que indicaron los investigadores italianos acerca del transporte del virus en largas distancias. En concreto, aludieron a otras investigaciones que detectaron que las partículas de aire contaminado ya habían ejercido como vehículos de otras enfermedades contagiosas como la gripe aviar o el sarampión. De esta forma, la contaminación se convertía como un factor de riesgo a la hora de mantener el virus en el aire durante más tiempo y transportarlo en distancias más largas.
Ahora, el profesor Manuel Franco, experto en Epidemiología y Salud Pública y docente universitario en la Universidad de Alcalá, acaba de señalar que la contaminación del aire podría suponer que el virus permaneciese en el aire más tiempo. En una reciente entrevista con el diario La Razón, Franco se ha mostrado preocupado ante el desconocimiento que todavía existe acerca de la transmisión por aire.
Lo cierto es que no es la primera vez que la contaminación del aire y el coronavirus se relacionan. Si hablamos de letalidad del coronavirus y contaminación del aire, un estudio de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, sugirió el pasado mes de abril que el hecho de que las personas respiren aire contaminado de forma continua (por ejemplo, habitantes de grandes ciudades) podría resultar un factor de riesgo y aumentar la letalidad en caso de contagiarse de coronavirus.
Las conclusiones de Harvard hablan de que un aumento en la exposición a largo plazo de una partícula contaminante determinada, la PM2.5, conduciría a "un gran aumento en la tasa de letalidad por COVID-19". De esta forma, desde el estudio instan a "cumplir las regulaciones de contaminación del aire para proteger la salud humana tanto durante como después de la crisis de la COVID-19".