Que quede claro: si vas a coger el volante, no deberías llevar ni una mísera gota de alcohol encima. El alcohol es uno de los principales factores de riesgo detrás de los accidentes de tráfico.
De acuerdo a los datos de la DGT (Dirección General de Tráfico), el alcohol está presente entre un 30% y un 50% de los siniestros mortales que se producen en nuestras carreteras. En 2020, 297 de los conductores que perdieron la vida en la carretera habían consumido drogas, psicofármacos o alcohol. Es decir: un 48,7% de los automovilistas que perdieron la vida en la carretera lo hicieron tras haber consumido estas sustancias, lo que supone un 3,2% más que en 2019.
El mensaje es claro: si bebes, no conduzcas. Sin embargo, en España está permitido conducir con una tasa mínima de alcohol en sangre. En nuestro país, la ley establece que está prohibido conducir con una tasa de alcoholemia superior a los 0,5 g/l de alcohol en sangre, o una tasa de 0,25 mg/l en aire espirado. Esta tasa se reduce en el caso de los conductores noveles con menos de dos años de carnet, para los que se establece un máximo 0,3 g/l o 0,15 mg/l en aire espirado. Además, en el caso de los menores que circulen en ciclomotores, cuadriciclos, AM, bicicletas y vehículos de movilidad personal, como los patinetes, se prohíbe por completo el consumo de estas sustancias.
A pesar de que lo recomendable es no beber cuando se va a conducir, el consumo de alcohol que se encuentre por debajo de los límites marcados por la ley está permitido. Es decir: técnicamente, es posible beber una cerveza y no dar positivo en un control de alcoholemia de la Guardia Civil, ya que el consumo se encuentra dentro de los márgenes permitidos por la normativa.
La pregunta, sin embargo, es la siguiente: ¿a partir de cuántas cervezas se da positivo en los controles de alcoholemia? La respuesta a esta pregunta, que seguro que más de uno se ha hecho los fines de semana, depende, en realidad, de muchos factores, como la edad, el peso, el sexo o la comida que se haya ingerido antes de coger el volante. Sin embargo, gracias a un tuit publicado hace unos años por la Guardia Civil, podemos hacernos una idea aproximada del número de cervezas que podríamos consumir antes de cruzar el límite legal.
La publicación, que data de 2018, tomaba como referencia una jarra de cerveza de 330 ml y estimaba cuánto le afectaría a un hombre y una mujer de complexión media. Según las estimaciones de la Guardia Civil, dos jarras de cerveza serían suficientes para que un hombre de complexión media diese positivo en un control de alcoholemia (la DGT, en cambio, señala que con un vaso y medio de cerveza ya se daría positivo), mientras que una mujer de complexión media solo necesitaría una jarra para dar positivo.
En ambos casos, sin embargo, hay diferencias en función del peso. Así, se establece lo siguiente:
Hombres de hasta 70 kg: Con una jarra de 330 ml, darían 0,3 mg/l en aire espirado, por lo que el resultado sería positivo. Con dos jarras la tasa aumentaría hasta 0,60 mg/l, mientras que con tres se situaría en 0,8 mg/l.
Hombres de hasta 80 kg: Con una jarra de 330 ml, daría 0,2 mg/l en aire espirado, por el resultado del control sería negativo. Con dos jarras, en cambio, la tasa subiría hasta 0,50 mg/l, por lo que ya daría positivo. Con tres, asimismo, la tasa se situaría en 0,7 mg/l.
Mujeres de hasta 50 kg: Con una jarra de 330 ml, darían 0,5 mg/l en aire espirado, por lo que el resultado sería positivo. Con dos jarras, la tasa subiría a 1,0 mg/l, mientras que con tres se situaría en 1,5 mg/l.
Mujeres de hasta 60 kg: Con una jarra de 330 ml, darían 0,5 mg/l en aire espirado, por lo que el resultado sería positivo. Con dos jarras, la tasa ascendería a 0,80 mg/l, mientras que con tres se situaría en 1,2 mg/l.