Los efectos secundarios de la covid-19 se han ido descubriendo a lo largo de los últimos meses después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertase de que tanto en casos graves como leves pueden aparecer esos efectos a largo plazo, desde fatiga, tos persistente o la inflamación o lesión de algunos órganos. Lejos de esas complicaciones, nuestro cabello también puede sufrir las consecuencias del coronavirus con una caída excesiva del pelo, una patología conocida como efluvio telógeno agudo y que tiene un efecto transitorio.
La infección de la covid-19 conlleva un gran desgaste físico en quienes se han contagiado del virus que no solo afecta a los efectos secundarios más mencionados, como la fatiga o la tos, también al volumen capilar, ya que la caída del pelo se ha convertido en uno de esos efectos del coronavirus sobre el organismo humano, en concreto un tipo de alopecia que, como apuntábamos anteriormente, se conoce como efluvio telógeno agudo, y que según establece la clínica especializada en medicina capilar MC360, se ha detectado que afecta más a mujeres que a hombres.
Este efecto secundario llega tras haberte recuperado del coronavirus, ya que aparece unos tres meses después. ¿La buena noticia? Puedes recuperar tu cabello a medio plazo, "es un proceso transitorio que tarda aproximadamente entre tres y seis meses en recuperarse por completo", indica Cristina Morante, directora de MC360, que también apunta a que por el momento no se puede evitar esa caída, pero sí ayudar a tener una recuperación más temprana del cabello.
A pesar de que puede generarse como efecto secundario de la covid-19, esta alopecia también puede incrementarse por el estrés que genera la situación actual de restricciones y cambios de hábitos adaptados a nueva normalidad, según establece el dermatólogo y cirujano capilar Sergio Vañó en su página. Una situación de estrés y de ansiedad que también pueden repercutir en los pacientes que hayan pasado la enfermedad agravando esta alopecia.
El efluvio telógeno agudo se produce por una inflamación o estrés celular que termina provocando que el folículo no crezca y se produzca la caída capilar tiempo después. Eso sí, desde MC360 indican que hay que tener especial cuidado con quienes han pasado la enfermedad con mayor gravedad de los síntomas, pues es en ellos en los que la caída puede ser más aguda. El problema puede venir acompañado de cierta ansiedad o carga psicológica en mujeres y hombres que vean cómo pierden su cabello, por ello es indispensable un buen diagnóstico y tratamiento para evitar que vaya a más y que la situación se revierta lo antes posible.
¿Cómo ayudar a que el pelo se regenere? Como ya comentábamos, se suele tener un proceso de recuperación capilar de entre tres y seis meses, pero hay ciertos factores que pueden permitir que ese crecimiento se vea potenciado. Desde MC360 indican la alimentación como una de las claves siempre que tenga una presencia de nutrientes sin carencia proteicas. En algunos casos puntualizan que podría ser necesario algún complemento nutricional o vitamínico, en especial de vitamina D, por lo que sería necesaria una analítica para poder detectar las carencias existentes.
El cuidado del cabello también es clave no solo mantener el pelo limpio y fuerte, también un cuero cabelludo sin caspa ni grasa que entorpezca el desarrollo de los folículos pilosos. Un buen lavado y cepillado permitirá que el pelo caiga y la regeneración del nuevo se produzca antes. En ciertos casos, si el especialista así lo indica, también puede ser de utilidad el plasma rico en plaquetas que se extrae de la sangre del propio paciente y que, mediante microinyecciones, puede reactivar el crecimiento capilar.