Pese a que ya no es la pandemia del coronavirus la que copa los titulares de la prensa nacional y a que los números cada vez son mejores, el SARS-CoV-2 no ha desaparecido. La realidad es que España todavía se enfrenta a un elevado número de contagios que, afortunadamente, no están repercutiendo en la saturación hospitalaria. La relajación de medidas como la mascarilla en interiores y la eliminación de todas las restricciones ya están llegando a nuestros vecinos europeos, pero aquí la controversia respecto al tema continúa. Hablamos con el virólogo Estanislao Nistal para que nos aporte su punto de vista sobre la evolución de la pandemia.
Ómicron llegó con una sexta ola y arrasó todo a su paso. Desmontó esa falsa seguridad que nos habían dado las vacunas, a la vez que nos demostró que cumplían con su función: evitar la covid grave. Sin embargo, como sabemos, no previenen del contagio y, por lo tanto, no nos deben hacer bajar la guardia.
"Va a haber otra ola, quizá varias, mientras el virus siga circulando y no tengamos vacunas capaces de contener su propagación o mientras las personas infectadas que se han recuperado sigan siendo susceptibles a nuevas infecciones, el virus no va a desaparecer", explica el virólogo.
Esto no quiere decir que todas las olas que están por venir vayan a ser iguales que esta sexta que, realmente, tampoco ha tenido nada que ver con otras anteriores, ni en sintomatología ni en gravedad. "Las características dependerán del grado de inmunización que tenga cada sociedad y de las medidas que se formulen para prevenir la expansión del virus y mitigar la enfermedad en caso de infección".
Nistal asegura que las medidas laxas de la sexta ola no han evitado un gran número de muertes en un contexto de muchas infecciones y que, por eso, no se debe relajar del todo el tratamiento de la pandemia como una gripe. "El refuerzo vacunal con terceras dosis empezó muy lento y medidas como solo aparentar protección con la obligatoriedad de las mascarillas en exteriores, sin prestar atención y reforzar su uso en interiores, han sido insuficientes".
Los últimos días se ha avivado cada vez más otro debate, el de la mascarilla en interiores. Algunos países europeos como Reino Unido han decidido eliminarla, así como todas las medidas y cuarentenas. "Lo de las mascarillas en interiores es un tema muy controvertido. Yo lo plantearía gradualmente, como ha sugerido Quique Bassat", apunta Nistal.
Dinamarca es otro de los países en los que su obligatoriedad se ha acabado, pero su cultura y circunstancias distan mucho de las nuestras. "Tiene una tasa de mortalidad mucho más baja que nosotros, pero no es que precisamente ahora estén mejor que antes en cuanto a muertes. Cuando la incidencia aquí baje significativamente, entonces, a lo mejor".
Bien es cierto que no se espera que el fin de las mascarillas en espacios cerrados vaya a repercutir en cuanto a un aumento drástico de los contagios, ya que hay situaciones en las que no se usa. "Parece que esto no está impactando en la subida de casos, pero se podría argumentar que la incidencia no está bajando tan rápido como debiera. La transmisión doméstica posterior es consecuentemente algo esperable", asegura el virólogo.
Y entonces, ¿por dónde pasa el futuro de la pandemia? ¿No se atisba un fin? "Mientras no se sea capaz de poder curar a los más vulnerables en los que la vacuna no protege bien, el problema de salud pública continua. Habría que ver si los antivirales que están saliendo van a poder prevenir esos casos muy graves si se pillan a tiempo", concluye.