Vas al médico y te da una mala noticia. Tu cabeza empieza a maquinar. Coges el móvil y entras en internet. Pánico absoluto. En nuestro país, el 55% de los españoles navegan por la red para buscar información sanitaria, según los últimos datos de Eurostat. Un informe que revela también que dedicamos más tiempo a buscar esta información que a escuchar música, ver la televisión o hacer gestiones bancarias.
Tanto es el volumen de búsqueda que la desinformación sanitaria se expande como la pólvora por internet. "Las fake news han inundado la red. Las más comunes tienen que ver, por un lado, con los tratamientos - en muchos casos milagro - y por otro lado, con la prevención de enfermedades”, asegura Juan Antonio Virizuela, Jefe de servicio de Oncología médica del Hospital Quirón Salud Sagrado Corazón y del Virgen Macarena, ambos en Sevilla.
La facilidad para acceder a esta información y la falta de control sobre el contenido sanitario que se publica preocupa cada vez más al sector médico. “Las fake news son las nuevas armas de destrucción masiva y en el campo de la sanidad es muy fácil, al buscar en google, poner al mismo nivel a los artículos con fuentes médicas que otros que no lo son”, asevera el doctor.
Terapias alternativas a los tratamientos de quimioterapia, consumo de cartílago de tiburón por sus supuestas propiedades anticancerígenas, homeopatía o dietas que recomiendan una serie de alimentos limpiadores que se ponen al mismo nivel que la medicina desarrollada.
Ante esta situación ha nacido ‘Más fuertes que el cáncer’, una iniciativa de carácter educativo e informativo con la que se pretende concienciar a los ciudadanos sobre la importancia de la prevención de la enfermedad.
"La investigación científica y el esfuerzo de los médicos muchas veces se subestima dando espacio a información de falsos expertos que, a través de las redes sociales, adquieren mayor protagonismo", apunta Josep Tabernero, jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona.
Un pulso latente que se juega en la red aprovechándose en muchas ocasiones de la sensibilidad que se desarrolla al padecer cáncer. Para solventarlo hace falta educación e innovación. "Educación, porque en muchos casos los médicos no somos capaces de escuchar y dedicar al paciente el tiempo suficiente para solventar sus dudas y miedos. E innovación porque tenemos que dedicarle tiempo a modernizarnos en la comunicación”, explica Virizuela.
"Muchas veces estamos ávidos de buenas noticias y por eso cualquier desarrollo, independientemente de la fase en la que esté, se le da una importancia extraordinaria y copa los titulares en la red", apunta el doctor, que insiste en que esta actitud también es muy perjudicial.
"Vivimos en una lluvia constante de estudios sobre fármacos. Se mezcla la validad de vida, la nutrición y todo esto, en malas manos crea una publicidad falsa para productos en las redes sociales. Mi recomendación a cualquier paciente es que está bien consultar una segunda opinión pero siempre de una voz experta, no de algún gurú que ofrece terapias alternativas, carísimas y poco fiables”, concluye Virizuela.