"Me ha cambiado la vida", es lo que responde Esther E. cuando le preguntas por las infiltraciones médicas. Una técnica que le ayuda a paliar el dolor que sufre en dos zonas muy específicas: la rodilla y las cervicales. La primera vez que se sometió a este tratamiento fue hace seis años y le ayuda mucho. "Tengo crisis de dolor muy fuertes, las infiltraciones las palian y aunque no curan, de momento mejoran mi salud", explica Esther. El doctor Rafael de Mena Poveda, Jefe de la Unidad de Medicina y Traumatología del Deporte del Instituto Traumatológico del Sureste de Murcia, explica en qué consiste este procedimiento, cuándo se puede realizar y las diferentes técnicas que existen.
Antes de nada, expliquemos exactamente de qué se trata una infiltración. "Es un tratamiento que disminuye el dolor o la inflamación de la zona tratada. Su intención es mejorar la evolución de procesos traumáticos o degenerativos", apunta el doctor. Precisamente este último es el caso de Esther. "Tengo artrosis en las rodillas y durante estos años las infiltraciones han sido suficiente. Sin embargo, hace dos meses terminé teniendo que pasar por quirófano porque este tratamiento no deja de ser un parche, no una solución", cuenta. En España, el 71% de las infiltraciones se realizan a varones de entre 31 y 65 años que están en activo, según la Evaluación de las Infiltraciones realizadas en atención Primaria.
"La primera vez que me hablaron de la Unidad del Dolor y estaba desesperada con las cervicales. Valoramos el operar pero tenía una serie de contraindicaciones que era mejor no asumir y que, por trabajo, no me podía permitir", cuenta Esther.
Es el médico el que debe valorar, en cada caso, si eres un potencial paciente o no. Cada patología requiere de una técnica diferente y de un producto distinto. Las infiltraciones permiten que la sustancia o medicamento inyectado vaya directo al tejido que se trata y actúe de forma rápida y duradera.
Sin embargo, "no es lo mismo infiltrar un corticoide que sustancias regenerativas. El médico debe determinar qué producto es mejor. Eso sí, hay que tener especial cuidado con las clínicas que publicitan resultados maravillosos y tratamientos con células madre pero no siempre son la mejor opción”, alerta Mena. No todos los productos que se infiltran tienen el mismo comportamiento y si no se hace de forma adecuada los efectos pueden ser negativos y condicionar el tratamiento.
Además, las infiltraciones no están recomendadas para pacientes con “trastornos de coagulación, reacciones adversas a tratamientos médicos, diabéticos, pacientes inmunosuprimidos y embarazadas. Tampoco para aquellos que tengan una infección en la zona a infiltrar”, explica el médico.
Según el caso, el tratamiento se suele hacer con cuatro sustancias. "En mi caso me infiltran ácido hialurónico y me funciona muy bien. Me lo hacen en quirófano porque soy muy miedosa y me anestesian un poco la zona”, cuenta Esther. Además de esto, el doctor habla de otros tres compuestos: corticoides, plasma y concentrado de células madre.