La científica del CSIC Margarita del Val ha dado la receta de la que puede ser la solución contra los contagios por coronavirus que se pueden producir en bares y restaurantes. Del Val lleva insistiendo en la necesidad de pasar más tiempo al aire libre desde prácticamente el comienzo de la pandemia y ahora, con la llegada de las bajas temperaturas, cuando no queda más remedio que estar en interior, ha lanzado unas recomendaciones para estar de manera segura y, a la vez, disfrutar de la gastronomía y la restauración.
Ha sido en una entrevista para el diario El Independiente donde la viróloga ha expresado que, en interiores como los de los restaurantes, residencias o centros docentes, "se deben tener medidores de CO2", porque "si hubiésemos usado medidores nos habría ido mucho mejor". Estos pequeños aparatos sirven para avisar a los gerentes del local cuándo es necesario abrir las ventanas para dejar pasar aire renovado. "La falta de una buena ventilación en muchos locales y de distancia de seguridad entre quienes comparten mesa, así como la no utilización de mascarillas mientras los clientes beben o comen, son algunos de los factores", ha indicado Del Val sobre las posibles causas de contagio en interiores.
Precisamente sobre ventilación, medidores CO2 y renovación del aire interior versa la nueva propuesta de un grupo de científicos, entre los que se encuentra el español José Luis Jiménez, que abogan por la instalación de ese tipo de medidores en espacios cerrados para, precisamente, saber cuándo tener que abrir o tomar medidas adicionales.
En la presentación del proyecto, Jiménez adujo que, aunque España es el que va más adelantando en ese terreno a corto plazo y se está intentando hacer de manera masiva, "a medio plazo hay que ponerse las pilas porque siempre ha habido negación de que las enfermedades se pueden transmitir por el aire y por esto las aulas están mal ventiladas".
En cuanto a este tipo de medidas, Margarita del Val concluye: "En un espacio con estas medidas adoptadas se contrarrestaría de sobra el que hubiese una persona con virus en la habitación. Está claro que son medidas que tienen un cierto coste, pero muchísimo menos coste que tener que cerrar el bar".