Las imágenes del metro de Madrid inundado son solo la consecuencia de las primeras lluvias del otoño. Después de dar carpetazo al calor, con borrascas que se sucederán unas tres otras los próximos meses y en plena segunda ola de la pandemia, nos preguntamos qué pasa si la mascarilla se moja. ¿Pierde fiabilidad?, ¿debemos cambiarla?, ¿se puede reutilizar? Hablamos con Carlota Martín Maestro, farmacéutica de la Farmacia Alameda, para que nos responda a todas estas preguntas y evitemos riesgos innecesarios.
Las autoridades sanitarias nos han repetido una y otra vez que la vida útil de las mascarillas higiénicas, que son las recomendadas para el grueso de la población, es de cuatro horas pero que debemos cambiarla antes si se humedece. En ese momento tenemos que tirarla o lavarla, en función de si es reutilizable o no lo es. "Cuando el material filtrante se moja con fluidos corporales, como puede ser sudor y saliva, puede perder propiedades y, además, se convierte en un foco de bacterias que pueden provocar otro tipo de problemas, por ejemplo, respiratorios", explica la farmacéutica.
La respuesta es sí. Si una mascarilla se moja con la lluvia es mejor cambiarla cuanto antes. "Debería desecharse o lavarse (si es apta). De hecho, los fabricantes te dicen que cuando una mascarilla se moja mínimamente, o simplemente se humedece, debe cambiarse de inmediato, aunque no hayan cumplido las horas de uso, porque la capacidad de filtración se ve deteriorada", apunta Martín Maestro.
En el caso de usar mascarillas reutilizables en días lluviosos, lo ideal es llevar varios recambios guardados en fundas protectoras o en bolsas de papel, nunca de plástico, para poder cambiarlas si estas se empapan. Desde la OMS recuerdan que para que la mascarilla proteja de verdad debemos dejarla secar perfectamente antes de volverla a utilizar. "Lo ideal es que la lavemos previamente siguiendo las recomendaciones".
Recordamos que el Ministerio de Sanidad ofrece tres formas de lavado para las mascarillas higiénicas reutilizables (las de tela homologadas se encuentran también bajo esta categoría). Por un lado, se pueden meter en la lavadora con una temperatura de entre 60 y 90 grados con un detergente normal en un ciclo superior a 30 minutos. Otra opción es sumergirla en una dilución de lejía 1:50 el mismo tiempo y proceder a lavarla con agua y jabón después. Por último, contempla la posibilidad de utilizar una serie de virucidas aprobados, tras los cuales habrá que repetir el mismo proceso que con la lejía. En cualquiera de los tres casos dejarla secar a alta temperatura es fundamental para garantizar su eficacia (si es en secadora mejor).
"Para evitar que la lluvia penetre en nuestra mascarilla no sirve cualquier técnica. Lo lógico es llevar un paraguas, pero nunca debemos taparla con nuestras manos", apunta la farmacéutica. Parece lógico, pero en ocasiones, inmersos en el estrés de la pandemia y calándote a la vez, puede que no lo sea.
Desde Sanidad dejan claro dentro de los protocolos de puesta y retirada de mascarillas que debemos evitar tocar la mascarilla con las manos mientras se lleva puesta y si se hace lavarse bien las manos con agua y jabón o con una solución hidroalcohólica y para quitársela siempre por la parte de atrás, sin tocar la parte frontal ni la pare interior que está en contacto con la cara y la experta nos lo recuerda. "En caso de que la mascarilla esté contaminada, porque hayas estado en contacto con alguien que haya expulsado partículas del virus, este pasa a estar en tus manos, por eso es fundamental retirarla y colocarla con las gomas ajustables de la oreja”, concluye la experta.