Un lugar: hospital de campaña de IFEMA, en Madrid. Una fecha: última semana de marzo. Un dato: los contagiados por coronavirus ya superan los 90.000. Una persona: Pedro Armestre y sus cámaras de fotos. Una misión: plasmar en un instante lo que está ocurriendo allí dentro.
Este fotógrafo gallego de 48 años y con un bagaje profesional que le ha recubierto de una coraza especial para situaciones delicadas como esta es de los pocos, sino el único, reporteros gráficos que ha podido acceder a IFEMA para retratar lo que allí está ocurriendo. De primera mano. Equipado con un traje de protección especial y sus dos cámaras de foto y vídeo, ha podido ser testigo de la ingente tarea que se realiza en el mayor hospital de España con el único objetivo de salvar vidas. Lo que sigue a continuación es su historia desde dentro contada en primera persona para Uppers.
"Todo surge porque El País se pone en contacto conmigo y, aunque en un primer momento íbamos a cubrir otra cosa, al final decidimos que es allí donde teníamos que ir. Una vez gestionado el trámite, allí, en la entrada del pabellón 5 había profesionales que te vestían con el traje de protección especial. Previamente mi compañero y yo nos vestimos con ropa blanca de enfermería, porque nos pidieron que nos pusiéramos unas prensas que luego irían a unas lavanderías controladas. Entrar 'es sencillo', porque te visten ellos. También les vas explicando tus sensaciones con el traje de protección porque, por ejemplo, los médicos allí trabajaban entre 3 y 4 horas seguidas y luego descansaban, ya que los EPI eran incómodos y no te transpiran. Yo, que ya he estado en alguna situación parecida, también les indicaba algunas cosas, como que los guantes fueran ajustados para manejar las cámaras".
"La situación es dramática por las cifras, porque los muertos no paran, pero la verdad es que dentro de IFEMA la sensación era buena. Es evidente que en una emergencia las cosas se van resolviendo sobre la marcha y hay unas carencias en las que se trabaja para poner un remedio. Pienso que se ha dicho de sumar y no de restar, y creo que se está criticando en exceso. ¿En qué cabeza entra que el Gobierno no quiera facilitar material a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado o a los sanitarios? Es impensable. Si no se facilita es porque no hay".
"Dentro de las circunstancias que son, yo vi un hospital en el que se trabajaba bien: gente atendida y, con los que hablé, encantados de la vida, en el sentido de que siempre estarán mejor ahí, aunque sea una nave o un hangar, que en una silla de un hospital durante varios días. Tenemos que amoldarnos a las circunstancias y quien mejor se amolde es quien mejor va a procesar todo esto".
Armestre ha cubierto numerosas situaciones dramáticas como la crisis de los refugiados de Siria; arriesgadas como los incendios forestales que asolaron España en 2013 y concienciadas como la colección sobre los efectos del cambio climático. Su trabajo ha sido reconocido con el premio Ortega y Gasset a la mejor fotografía y el premio Rey de España de Periodismo, entre otros, pero reconoce que lo que ha visto dentro de IFEMA ha sido distinto a todos lo demás.
"La diferencia es que a aquellos sitios fui como un observador y aquí eres un protagonista más de la historia. Vas conociendo familiares afectados, conocidos que se van para siempre, el hecho de no poder ver a mis hijos durante un mes ya... y todo eso va haciendo mella. Por eso tiene connotaciones distintas a cuando vas a otro país y eres un espectador desde el patio de butacas. Aquí estás subido en el escenario".
"Creo que las imágenes que van a quedar para la historia es la del Palacio de Hielo, aunque no me interesa, pero, sobre todo, las fotos secundarias, que son las que tendrán más peso cuando pase el tiempo".
¿Y cuáles son esas fotos?
"La de un vecino que le lleva comida a otro vecino, la de aquella persona que usa una cesta para pasar la compra a otro... esas cosas pequeñas son las que aún no están saliendo, o lo están haciendo en una medida más pequeña, y son las grandes historias, las que van más allá de las cifras. La foto de la morgue será una foto muy llamativa y dolorosa, pero creo que hay otras mucho más importantes, en la que se demuestre que somos personas. El hombre se ha olvidado de que es un animal y ha olvidado el hábitat en el que vive, y tal vez estemos viviendo algo que es una consecuencia de algo que hemos hecho fatal".
Además de fotógrafo, Pedro Armestre tiene una gran conciencia ecológica que, entre otras situaciones, le ha hecho trabajar con Greenpeace en múltiples ocasiones, cubriendo algunas de sus acciones más espectaculares.
Esta filosofía de vida también la aplica ahora, en tiempos de cuarentena. "Hablando con amigos de mi tierra me doy cuenta de que el que menos necesita es el que mejor lo está pasando. El que vive en casa con el pueblo, con sus animales y su huerta hoy no ha cambiado la vida para ellos, y en cambio la nuestra se ha parado, y eso es lo que nos tiene que hacer reflexionar"
"Hace años que cambié mi modo de vivir e intento ir a una vida más sostenible y hoy me siento afortunado porque no tengo necesidades de hacer 25 cursos por internet, o ir a un restaurante. Lo que echo de menos son las cosas que no valen dinero como ver a mis hijos y abrazarlos. Lo importante son las pequeñas cosas, el mandar un saludo a un amigo para decirle 'me acuerdo de ti'".
Puedes ver el trabajo de Pedro Armestre para El País aquí
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