El Alzhéimer es la principal causa de demencia en las personas de la tercera edad. Según los datos de la Organización Mundial de la Salud, actualmente más de 40 millones de personas en todo el mundo están diagnosticadas con esta enfermedad neurodegenerativa y cada año se detectan, aproximadamente, 10 millones de casos nuevos de media.
Esta situación empeorará con el paso de los años, conforme la población envejezca y la esperanza de vida aumente. De cara a 2050, está previsto que los casos de Alzhéimer en el mundo superen los 152 millones, una cifra escalofriante para la que, lamentablemente, todavía no tenemos solución.
A pesar de los datos y de los numerosos estudios que se han realizado en los últimos años, las causas del Alzhéimer siguen siendo desconocidas. Si bien se ha descubierto que existen varios factores que pueden propiciar su aparición, como la propia edad, la hipertensión arterial o la obesidad, entre muchos otros, el origen de la enfermedad sigue siendo desconocido, y su cura, un completo misterio.
Ser diagnosticado con Alzhéimer es una sentencia irreversible. A pesar de que existen varios fármacos que pueden aliviar y ralentizar sus síntomas, el Alzhéimer es una enfermedad incurable que, poco a poco, irá abriéndose paso hasta consumir la mente del paciente. Sus síntomas afectan a las funciones cognitivas del cerebro, así como a las capacidades conductuales y emocionales, e incluyen, entre otros, la pérdida de la memoria, del lenguaje y de la capacidad de aprendizaje.
Este terrorífico cóctel, además de reducir la autonomía e independencia de las personas diagnosticadas, merma también la calidad de sus vidas, así como la de sus cuidadores, familiares que, en muchas ocasiones, carecen de la formación necesaria como para responsabilizarse del paciente y que pueden verse sobrecogidos por la situación hasta el punto de desarrollar problemas de estrés, agotamiento e incluso depresión y ansiedad.
Para poder mejorar la vida de los pacientes que sufren de Alzhéimer, en junio de 2020 se abrió las puertas de ‘Village Landais Alzheimer’, un pequeño pueblo ubicado al sur de Francia, en la ciudad de Dax, en el que todos los habitantes han sido diagnosticados con esta enfermedad.
Este innovador pueblo se ha diseñado con el objetivo de otorgarles cierta libertad y autonomía a los pacientes de Alzhéimer, y está equipado con todo lo que uno puede necesitar. Así, cuenta con parques, cafetería, sala de música, biblioteca, restaurante, peluquería y hasta un gimnasio, entre otros muchos establecimientos.
La edad media de los residentes de esta especie de comuna es de unos 80 años, pero no están solos: además de los 120 habitantes, hay también 240 profesionales, entre los que se incluyen médicos, que se encargan de atenderles y ayudarles en sus actividades cotidianas.
A diferencia de las instalaciones médicas o geriátricas, los profesionales que trabajan en este pueblo no llevan ningún símbolo que pueda identificarlos como profesionales sanitarios, ni siquiera batas. El objetivo es evitar recordarles a los pacientes que están enfermos para que puedan desarrollarse con la mayor normalidad posible.
Cada enfermo, además, tiene no solo su propia habitación, sino también su propio ritmo y estilo de vida. El pueblo ofrece apoyo individual centrado en las necesidades de cada persona y fomenta las interacciones fluidas entre los pacientes y sus familiares y amigos para evitar que se sientan solos y aislados. En cuanto a los medicamentos, estos han sido sustituidos por actividades terapéuticas para mantener, en la medida de lo posible, las capacidades cognitivas y prácticas de los residentes.
El ‘Village Landais Alzheimer’ posee también un Centro de Recursos para la Investigación en el que trabajan profesionales especializados en la enfermedad de Alzhéimer que se encargan de preservar la gestión médico-social del pueblo y de desarrollar las prácticas más ventajosas para los residentes.
La comuna se sitúa a aproximadamente tres horas de París y, actualmente, cuenta con una larga lista de espera de pacientes que buscan vivir sus últimos años con toda la dignidad posible.