Todos hemos recurrido alguna vez a los famosos protectores de estómago. Esas pastillas milagro a las que echamos mano ya sea porque nos vamos a pegar una comilona copiosa, porque nos queremos tomar unas copas con colegas o en un tratamiento con antibióticos para evitar que nos sienten mal. Algo así como un salvavidas para el estómago, que, aunque es genial – y de eso no cabe ninguna duda -, no conviene abusar. La nutricionista y química Ángela Quintas, autora del libro '¿Por qué me duele la tripa?' nos explica por qué no hay que tomarlo tan a la ligera y las alternativas naturales para proteger tu estómago.
El omeprazol es un recaptador de la bomba de protones, es decir, una medicina que inhibe la enzima responsable de la acidificación del contenido del estómago. "Consigue bajar el PH y que las salpicaduras ácidas que podamos tener el estómago sean menos ácidas y nos irriten menos", explica Quintas.
Por lo tanto, está indicado para tratar problemas relacionados con alteraciones de la mucosa gástrica provocadas por una secreción excesiva de ácidos, las úlceras cuando se produce reflujo y, también, si se padece un Helicobacter pylori.
"El problema es cuando utilizamos el omeprazol, por ejemplo, para evitar el ardor de estómago porque vamos a meternos una comilona o tomarnos unas copas porque estos medicamentos pueden terminar causando un problema en el estómago". Un estudio publicado en 2017 en la revista Gut concluía que el consumo prolongado de estos fármacos podría aumentar el riesgo de padecer cáncer de estómago, por lo que no se deben utilizar durante largos periodos de tiempo.
"Tenemos que entender que los inhibidores de la bomba de protones no son inocuos y que tienen asociados algunos efectos secundarios como la aparición de Candida albicans (hongos) o el déficit de vitamina B”, asevera la experta.
El regaliz tiene un efecto antiinflamatorio y restaurador sobre las mucosas y, por lo tanto, se considera una alternativa natural al omeprazol. Se puede encontrar tanto en polvo, como en cápsulas y, también, a modo de infusión con otras hierbas como la malva, el rabo de gato y el anís verde.
Por ello, es muy importante diferenciar entre medicamentos protectores y los antiácidos. Los antiácidos lo que hacen es neutralizar el exceso de ácido clorhídrico en el estómago para que sea menos corrosivo. Su acción es puntual y nos alivian en tan solo diez minutos.
Los protectores de estómago, por lo tanto, reducen la producción de ese ácido y los antiácidos la contrarrestan. "El almagato, uno de los antiácidos más conocidos, que se comercializa bajo el nombre de Almax, está indicado para el alivio sintomático de la acidez provocados por digestiones pesadas”.
Al tomarlo, va arrastrando todos los restos ácidos de las paredes del esófago, pero su acción es puntual. Es decir, solo se prolonga durante la hora siguiente a la ingesta y si se toma en cantidades mayores a las recomendadas en el prospecto puede llegar a tener efecto rebote.