La sociedad cada vez busca más remedios naturales con los que aliviar dolencias, mejorar su aspecto o prevenir patologías antes de utilizar algún fármaco o alguna crema demasiado cara. Por eso estamos en constante búsqueda de esos productos que nos puedan dar grandes beneficios. Desde alimentos hasta plantas, a todo le buscamos las mejores propiedades para que nos aporten todo lo bueno que tienen. Y uno de esos productos es la sal de Epsom, cada vez más famosa y demandada por los beneficios que puede darle a tu salud, aunque también se utiliza para otras cosas. De origen natural, esta sal no te va a dejar indiferente y pronto querrás darte un baño en ella.
Las sales de Epsom provienen de Inglaterra y a pesar del nombre comercial que se le ha dado y por el que se le reconoce, realmente es un sulfato de magnesio y tiene una apariencia similar a cualquier otro tipo de sal. Al ser completamente natural, es perfecto para algunos dolores o problemas, ya que tiene un alto contenido en magnesio, un mineral necesario para el correcto funcionamiento del organismo y la regulación de enzimas. Sus beneficios son múltiples, siendo incluso utilizado en el campo para mejorar la tierra donde se cultiva. ¿Estás preparado para conocer más sobre la sal de Epsom?
Por el momento, son varios los beneficios que se han detectado en la sal de Epsom sobre la salud, lo que no quiere decir que también tenga sus propias contraindicaciones o riesgos, como cualquier otro producto. Por eso, te explicamos ambas partes. La forma en la que más se suele utilizar esta sal es dándose un baño de agua con ella disuelta. De esta forma, y gracias a su alto contenido en magnesio, la piel es capaz de absorber el mineral, por lo que podría ser un buen complemento si se tiene déficit de magnesio.
Además, ese baño puede tener un efecto relajante sobre ti, por lo que te puede ayudar a reducir el nivel de estrés y de ansiedad de forma natural. Por su parte, también se le atribuyen propiedades antisépticas y antiinflamatorias que te permiten aliviar dolores musculares o molestias articulares, así como a eliminar el mal olor de los pies en aquellas personas a las que les sudan con frecuencia. A pesar de tener estas atribuciones, para alergias, heridas o quemaduras es mejor que no se utilice, puesto que aunque podría ser beneficioso, el no estar del todo comprobado hace que pueda tener un resultado opuesto al esperado.
Y como te comentamos, esta sal se ha utilizado también en la agricultura, especialmente por su contenido en magnesio y sulfatos que a veces es inexistente o muy pobre en la tierra y es necesario para que las plantas puedan dar buenos frutos. Como complemento, también puede servir de repelente, por lo que los insectos no deberían acercarse a tus cultivos.
Has visto que en forma de baño no parece tener contraindicaciones y puede ayudarte en algunos aspectos, pero aún siendo un producto natural no deja de tener sus propios riesgos. Antes de consumirla de una forma distinta al baño, es mejor consultar con el médico, dado que podría ocasionar un exceso de magnesio en sangre. Y si el déficit no es bueno, una cantidad muy elevada tampoco. Además, podría ocasionarte problemas estomacales como diarreas o náuseas, así como dolores en la zona abdominal.
Nunca debes usarlo como método o sustituto para tratar enfermedades o prevenir alguna patología, menos aún sin consultar a un especialista, puesto que como has leído, podría no ser del todo bueno para tratamientos tópicos como heridas o quemaduras.
Sí, las sales de Epsom nos pueden brindar algunos beneficios en salud, en especial si te sumerges en un baño de sal. Pero mucha precaución porque muchos de sus beneficios aún necesitan de investigaciones más precisas que terminen de corroborarlas, por lo que debes usarlas con moderación y si lo crees conveniente, consultar a tu médico sobre su aplicación. Por mucho que sea un producto natural, no deja de tener algunos riesgos, así que no lo tomes a la ligera.