Suena a enfermedad de otra época. A una de esas que pasaron nuestros padres, que a nosotros nos rozó más o menos de cerca y de la que no hemos vuelto a preocuparnos más porque sabemos que nuestros hijos están vacunados. El sarampión.
No podemos decir que ha vuelto, al menos en España. Pero la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha lanzado una alerta preocupante para el resto de Europa. En lo que llevamos de 2019 ya se han registrado los mismos casos que en todo el año pasado. El organismo, además, ha retirado a Reino Unido el estatus de país libre de la enfermedad.
Hay dos maneras de librarse de la enfermedad: haberla pasado ya o haberte vacunado con las dos dosis que exige el calendario. En este contexto hemos hablado con Pere Godoy, el Presidente de la Asociación Española de la Epidemiología para que nos arroje luz sobre el tema.
Pese a que los casos de sarampión en España son aislados y siempre importados, hay un segmento de la población que está en riesgo de contraerlo. "Son los nacidos entre 1966 y 1980. Durante esos años la incidencia de la enfermedad ya era baja y además la vacuna no estaba incluida en los calendarios. Esto ha provocado que haya brutos poblacionales que ni la han pasado, ni se han vacunado", explica el presidente.
Con los objetivos de la OMS de erradicar la enfermedad en los próximos años, Godoy afirma que "es importante que España se asegure de que todos los grupos de población están cubiertos, porque además el sarampión es mucho más grave si se contrae siendo adulto”.
Para conseguir este objetivo, desde la SEE proponen dos vías. "Por un lado es importantísimo pedir al ciudadano que acuda a su centro de atención primaria y que pida una actualización de su calendario vacunal”, expone Godoy.
De esta manera se podrá administrar la primera dosis de la vacuna del sarampión en el momento. "Por otro lado, habrá que pedir a todos estos profesionales sanitarios que también se aseguren de comprobar si los pacientes comprendidos en esta faja de edad están vacunados. De esta manera se evitará que las bolsas de población que no inmunizadas estén en peligro de contagio de algún caso importado", añade el experto.
Especial atención pide también para las personas que viajen a países donde la incidencia del sarampión es alta. "Pedimos que antes de partir se acuda a la 'Oficina de atención del viajero', donde se les dará toda la información sobre las vacunas requeridas en el destino y también se actualizará el calendario para comprobar que existe riesgo alguno", apunta.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, el sarampión es una enfermedad muy grave y contagiosa. Sus síntomas, según explica el organismo, son en fiebre alta, rinorrea, inyección conjuntival y pequeñas manchas blancas en la cara interna de la mejilla. Actualmente no existe un tratamiento específico para este virus que, en los casos más graves, puede provocar complicaciones como ceguera, encefalitis, diarrea intensa, infecciones del oído y neumonía.