La incidencia sigue siendo el termómetro de la pandemia y continúa bajando diariamente desde la última semana. Después del pico de contagios de la quinta ola, parece que la situación va mejorando y también es más favorable de la que teníamos a comienzos de septiembre de 2020, cuando los datos superaban los 200 casos por cada 100.000 habitantes. Sin embargo, no podemos relajarnos.
Esta semana comienza en algunos puntos del país, como Castilla la Mancha y Galicia, la inoculación de terceras dosis para pacientes inmunodeprimidos antes de que los mercurios empiecen a bajar y se junte con la campaña de la gripe. Con el otoño y el invierno acechando, los expertos empiezan a hablar de una sexta ola que se puede producir al retomar la vida en interiores. Hablamos con el virólogo y profesor de la Universidad CEU San Pablo, Estanislao Nistal, para que nos explique cuándo podría llegar y sus posibles características.
Algunas de las voces más autorizadas de la pandemia han empezado a contemplar la posibilidad de que en las próximas semanas llegue sexta ola cuando la quinta poco a poco se va aplanando. El cambio de estación, de costumbres y la vuelta a colegios, institutos y universidades es el caldo de cultivo perfecto para un nuevo repunte. "Claro que es posible que haya una sexta ola, eso sí, seguramente se parezca más a la quinta y menos a las anteriores. Con el avance de la vacunación deberíamos encontrarnos con una incidencia no tan alta y también con una disminución del número de fallecidos", nos explica el virólogo.
La misma opinión la comparte Margarita del Val que asegura que debemos esperar que ocurra lo mismo que el año pasado, una subida de casos tras el verano, cuando empiece a refrescar por la noche y las actividades pasen de ser en exteriores a interiores. Pero, efectivamente, estima que esta ola tendrá baja mortalidad y muchos casos silenciosos.
Como ya hemos visto a lo largo de este año y medio, el virus ha evolucionado y con él la tipología de las olas. "Se van a ir transformando cada vez más en las olas epidémicas de los coronavirus estacionales a medio y largo plazo. Aunque no se sabe cuántas personas podrían infectarse, se espera que en nuestro país sean menos que en la quinta ola", asegura Nistal.
Pese a que el ritmo de vacunación es España ha sido bueno, la famosa inmunidad colectiva, esa que íbamos a alcanzar con el 70% de la población inoculada, no ha tenido el efecto esperado. Esto, en cierta medida, es porque las vacunas actuales no protegen contra la infección, lo hacen frente a la enfermedad grave y el virus sigue entrando, mayoritariamente, a través de quienes no están vacunados.
"Según vaya habiendo una inmunidad mayor en la población, el hecho de que vaya o no a haber olas, dependerá de las personas que se hayan vacunado, de cuánto dure la inmunidad y de cuán fuerte sea esta", afirma el virólogo. Las dos últimas cuestiones todavía están en estudio, de ahí que ya se esté hablando de una tercera dosis en los inmunodeprimidos y que podría ampliarse también a otros colectivos de riesgo.
A pesar de que el 100% de la población en este tramo está inmunizada, el 5% de los contagios que se han producido este verano han sido en este rango y uno de cada cuatro han necesitado ingreso hospitalario, según datos del Instituto de Salud Carlos III. Las residencias de mayores han vuelto a convertirse en el epicentro de estas infecciones, llegando a alcanzar los mil positivos semanales.
Una de las razones principales estudiada por científicos internacionales es que la protección de la vacuna de Pfizer, con la que se ha inoculado a los mayores, no es tan buena como se esperaba y, además, con el paso de los meses su eficacia disminuye a menos del 50%, cosa que debemos sumar al escape inmunitario de la variante delta.
La efectividad de la vacuna disminuye con la edad y, por eso, es especialmente importante mantener en estos colectivos las medidas sanitarias como mascarillas y distancia social. El sistema inmunológico dentro de este tramo de edad está debilitado y la respuesta a la vacuna es inferior que en los de menor edad, por eso las relaciones con sus familias deben realizarse siempre con precaución, especialmente con los más pequeños que vuelven a las aulas. El debate se vuelve a abrir ¿No necesitan los mayores una tercera dosis de refuerzo para hacer frente al invierno?