La campaña de la vacunación contra la gripe ya ha comenzado en numerosas comunidades autónomas y este año más que nunca está dirigida a personas mayores de 65 años y personal de riesgo. El objetivo: vacunar a cuanta más gente mejor para evitar que su incidencia se junte con la de la covid-19. Sin embargo, como toda vacuna que se precie, existen unos determinados efectos secundarios para el organismo.
La vacuna contra la gripe se produce de nuevo cada año. La Organización Mundial de la Salud analiza cuál ha sido la cepa dominante en el hemisferio que se encuentra en otoño/invierno y, a raíz de ahí, crea el nuevo compuesto para el hemisferio que la recibirá pasados seis meses. El ritmo es vertiginoso y, aun así, la vacuna contra el virus influenza (lo que llamamos gripe común) es de las más seguras que existen actualmente.
Habitualmente este tipo de vacunas están formadas por el propio virus de la gripe, cuya parte infectiva ha sido desactivado en el laboratorio. De este modo, el organismo reacciona creando anticuerpos e inmunidad para que cuando el virus real ataque, ya pueda haber protección en el organismo. En esa creación de anticuerpos es cuando se pueden producir algunos efectos no deseados, habitualmente uno o días después de haber recibido la dosis de la vacuna.
Según la Asociación Española de Vacunología (AEV), "los principales eventos adversos tras la vacunación antigripal son locales: dolor, inflamación y enrojecimiento en el lugar de administración. Estos síntomas desparecen en 1-2 días sin tratamiento. Con poca frecuencia pueden aparecer febrícula, malestar general, escalofríos, cansancio, dolor de cabeza y dolores musculares y de articulaciones a las 6-12 horas de la vacunación".
Tampoco es descartable la aparición de algunos efectos secundarios poco frecuentes relacionados con una posible alergia al huevo. Esto se debe a que para la fabricación de estas vacunas se utiliza la proteína del huevo para su síntesis, por lo que quedan trazas en las dosis finales. Por eso, desde la AEV advierten de que también se pueden producir "reacciones inmediatas como urticaria (lesiones cutáneas), angioedema (tumefacción de la piel o las mucosas), broncoespasmo (dificultad al respirar) y anafilaxia (reacción alérgica grave) de forma muy excepcional y la mayoría relacionadas con la hipersensibilidad residual a las proteínas del huevo".
Por último, también se recogen los efectos adversos extraordinariamente infrecuentes y que no siempre se ha demostrado que tengan una relación causa-efecto con la vacunación contra la gripe. Estos serían la "neuralgia (lesión en los nervios), parestesia (sensación de hormigueo, adormecimiento, acorchamiento, etc.), trombocitopenia transitoria (disminución de la cantidad de plaquetas), vasculitis (inflamación de los vasos sanguíneas) con afectación del riñón y trastornos neurológicos como encefalomielitis (inflamación del cerebro), y síndrome de Guillain-Barré (trastorno en el que el sistema inmunitario del cuerpo ataca a la capa aislante que recubre los nervios, la mielina)", según explican desde la AEV.
Según las indicaciones del Ministerio de Sanidad, existen tres grupos de personas para los que la vacuna de la gripe está desaconsejada. Estos serían:
En todos los demás casos, la vacuna de la gripe no está contraindicada y, de hecho, se recomienda, especialmente para personas de edad mayor o igual a 65 años, adultos con enfermedades crónicas cardiovasculares (excluyendo hipertensión arterial aislada) o pulmonares, enfermedades metabólicas,
obesidad mórbida, insuficiencia renal, enfermedades hepáticas crónicas o de inmunosupresión.