Louis Van Gaal, seleccionador de los Países Bajos, ha comunicado que sufre un cáncer de próstata de forma agresiva. El técnico ha confesado en un programa de la televisión holandesa que lleva bastante tiempo en tratamiento y que lo ha ocultado para no impactar en el rendimiento de sus jugadores.
Van Gaal, antiguo entrenador del Barcelona, se ha sometido ya a 25 sesiones de radioterapia. A sus 70 años, vive un momento complejo: "No morirás de cáncer de próstata, pero tengo una forma bastante agresiva. Hay muchas cosas que gestionar", afirmó en el mismo programa. Veamos cómo cursa la enfermedad y, sobre todo, cómo detectar sus síntomas en los primeros estadios.
El cáncer de la próstata se desarrolla principalmente en varones de edad avanzada. Un 90% de los casos se diagnostican en mayores de 65 años. Según los datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), es el cáncer más común en hombres. Se trata de una patología de gran prevalencia y una de las principales causas de muerte en España.
Por su parte, la próstata es una glándula que pertenece al sistema reproductor masculino. Se localiza debajo de la vejiga (el órgano que recoge y desecha la orina) y delante del recto (la parte inferior del intestino). Tiene el tamaño de una avellana y protege una parte de la uretra, el tubo que transporta la orina al exterior desde la vejiga. La glándula prostática también produce uno de los fluidos del semen.
Este tipo de cáncer de próstata se origina en su mayoría en las células que recubren la glándula prostática: son los cánceres conocidos como adenocarcinomas acinares. Muchos de ellos crecen de manera extremadamente lenta y es poco común que se diseminen. Sin embargo, algunos pueden ser más agresivos y propagarse con rapidez.
En cuanto a su diagnóstico, según la guía de la Asociación Española contra el Cáncer, el urólogo normalmente procederá a un tacto rectal y comprobará los niveles de PSA (Antígeno Prostático Específico) a través de un análisis de sangre.
Si existen anomalías en el tacto rectal o en el resultado del PSA, probablemente habrá que someter al paciente a una ecografía transrectal y quizá a una biopsia de próstata.
El cáncer de próstata en su etapa inicial normalmente no presenta síntomas. Por eso es muy importante, prestar atención a los primeros estadios, cuando la enfermedad presenta un mayor porcentaje de curación. Para ello, son imprescindibles los controles médicos anuales. En caso contrario, el paciente empezará a experimentar algunas señales de que la enfermedad avanza. A medida que lo hace, la próstata se agranda y puede dar origen a este tipo de molestias:
Cuando los tumores han crecido provocan síntomas obstructivos (imposibilidad para orinar, por ejemplo). También pueden aparecer edema o hinchazón de piernas debido al crecimiento de los ganglios linfáticos, dolores óseos, si el tumor se extiende al hueso, e incluso debilidad en las piernas por compresión de la médula espinal.
Ante cualquiera de estos síntomas, hay que consultar con el especialista, ya que estas molestias no siempre correlacionan con el cáncer. Con la edad, la próstata puede agrandarse y bloquear la uretra o la vejiga, dando lugar a problemas para orinar o tener relaciones sexuales. Esta patología se llama hiperplasia prostática benigna y puede corregirse con una simple cirugía.