Pedro tiene 51 años. Aquel día no le dio importancia. Llevaba muchos días con demasiado estrés y pensó que sería algo puntual. Pero sucedió de nuevo. Y luego otra vez. Ya no sabía si se estaba agobiando de más o se trataba de algo físico, así que fue al médico. La disfunción eréctil afecta a unos dos millones de varones en España, un 17,7% de los varones de entre 40 y 70 años, según el estudio de Epidemiología (EDEM) sobre el tema. Por suerte, la medicina ha avanzado mucho y existen cuatro pastillas que hacen todo mucho más sencillo: comparamos la Viagra, la Cialis, la Levitra y la Spedra.
Empecemos por el principio. Son tres las causas más frecuentes que generan este tipo de trastornos. La más común es la orgánica (algo físico ha dejado de funcionar, temporalmente o no), también está psicológica (el origen está en tu mente) y la mixta, que combina ambas cosas.
“Dentro de las causas orgánicas, estarían aquellas que afectan al árbol vascular peneano o las patologías arteriales, como la diabetes, la hipertensión y la hipercolesterolemia. Existe otro grupo de pacientes que padecen patología cardiovascular, debido a cirugías previas en las que hay una alteración conjunta vascular e, incluso, neurógena, como son los pacientes que se someten a cirugía radical de próstata, vejiga o colon”, nos explica el doctor Venancio Chantada, miembro de la Junta Directiva Plenaria de la Asociación Española de Urología.
Respecto a las causas psicológicas, Iván Rotella, sexólogo y miembro de la Asociación Estatal de Profesionales de la Sexología, apunta que la dificultad con la erección puede suceder en cualquier momento de una relación de pareja (estable o esporádica) y suele estar relacionada con “ansiedad, necesidad de cubrir supuestas expectativas, el exceso de ‘la dependencia del pene’, la presión, la rutina o la pérdida de deseo”.
En estos casos, Rotella asegura que lo mejor es visitar el gabinete de un sexólogo, con quien poder hablar en confianza y sacar las emociones que le pasan por la cabeza cuando se dispone a compartir cama con otra persona y teme ‘no estar la altura’. “Se analiza la relación de pareja, si la tiene, sus relaciones sexuales previas y su vivencia con respecto a la excitación. Lo bueno es que si ambos miembros de la pareja se implican, el índice de solución es muy alto”, afirma Rotella.
“Cuando el paciente no tiene pareja estable, hay que trabajar la respuesta sexual individual y su vivencia del placer: lo esencial es evitar lo que llamamos ‘la dependencia del pene’ y mejorar su manejo erótico”, explica este sexólogo. Con todo, siempre recomienda acudir a un servicio de urología para descartar que haya una alteración orgánica.
Lo que sí saben los expertos es que la disfunción eréctil es más habitual a medida que avanzan las décadas del hombre. Por eso, “cualquiera, aunque se encuentre bien, a los 50 años debe someterse a un estudio urológico general, máxime si procede de una familia donde exista un antecedente en primera línea de cáncer de próstata. En estos casos, se recomienda adelantar la revisión a los 45 años”, agrega el urólogo Venancio Chantada.
Por otro lado, hay que tener en cuenta también las hormonas. “Muchos varones que a partir de los 45 años empiezan a tener una disminución paulatina de la testosterona, que puede afectarles en sus relaciones sexuales”, añade el experto.
Como hemos dicho, existen cuatro tipos de pastillas que pueden hacerlo todo más sencillo. Eso sí, siempre se necesita prescripción médica para que las disfrutes como esperas. “Permiten relaciones satisfactorias, pero es necesario una buena historia clínica para encontrar la que más se adapte a tu perfil concreto”, avisa el doctor Pérez-Lanzac, de la Ruber International.
Y mucho ojo con los problemas de corazón. “Están contraindicadas en pacientes con infarto agudo de miocardio, arritmia en los seis meses previos, hipotensión por debajo de 90/50 mm de Hg, HTA por encima de 170/100 mm de Hg o pacientes con angina inestable, angina durante una relación sexual o fallo cardiaco clasificado como NYHA IV”, añade.
La viagra fue la primera en abordar un tema que suscita tantas sensibilidades como este. La pionera. En 1998 se comercializó el Sildenafil (Viagra), que potenciaba el riego sanguíneo al pene y facilitaba así la erección. Fue la primera PDE5i, inhibidor de la 5 fosfodiesterasa, que consiguió devolver la alegría a muchos varones, que hasta entonces sufrían en silencio.
“Su uso tiene un efecto positivo en el 40-80% de los hombres, dependiendo de si lo suyo es por causas biológicas o psicológicas. Es efectiva a los 30-60 minutos después de su administración. Su eficacia se reduce después de una comida pesada y rica en grasa debido a la absorción retardada. Además, su eficacia puede mantenerse hasta doce horas”, explica Javier Romero-Otero, jefe del Servicio de Urología del Hospital Universitario HM Montepríncipe y profesor de Urología en la Universidad San Pablo-CEU. También tiene algún efectos secundario menor, como los dolores de cabeza, sofocos y trastornos gastrointestinales.
Posteriormente, en febrero de 2003, vino el Tadalafilo. O lo que es lo mismo, la también famosísima Cialis. Su efecto llega 30 minutos después de su administración, llegando a la eficacia máxima después de dos horas. “Dura más que la Viagra y no se ve afectada por los alimentos. En los estudios realizados, algunos hombres han tenido erecciones incluso después de 24 a 36 horas”, explica el urólogo.
“Está aconsejado para personas que no tienen una pareja estable o no tienen un hábito establecido de relaciones sexuales con su pareja habitual, sino que tienen una pareja ocasional. También tiene otra ventaja, como es el único que tiene una vida media tan larga en sangre, se describió hace años una posología que es de toma diaria. El paciente toma una dosis muy pequeña todos los días, se impregna de esa medicación, con lo cual no tendría problemas cuando surgiese la relación. Da más libertad a una persona que no tienen pareja estable y no puede premeditar cuando se va a producir la relación sexual”, asegura el doctor. Los efectos secundarios son de leves a moderados y, dependiendo de la dosis, pueden aparecer dolores de cabeza, dispepsia, molestias de espalda, rubor facial, dolores musculares y congestión nasal.
Muy seguido, apenas un mes más tarde de la salida al mercado de Cialis, apareció el Vardenafilo, la llamada Levitra. Pero ojo, el efecto de Levitra se reduce si se toma después de las comidas pesadas y ricas en grasa (>57% de grasa). “Se han registrado coitos con todas las dosis hasta en el 75% de los pacientes tratados. El 80% de los hombres, con una dosis de 20 mg, consiguieron mejorar sus erecciones. Mejoró las erecciones en el 39% de los casos de hombres con DE severa”, explica Romero-Otero.
Entre sus posibles efectos secundarios estarían el dolor de cabeza, sofocos, dispepsia y rinitis. El doctor Romero-Otero comenta que “en las formulaciones de tabletas bucodispersables, la absorción no está relacionada con la ingesta de alimentos y muestran una mejor biodisponibilidad en comparación con los comprimidos recubiertos con película, por lo que son preferidas por los pacientes”.
El más moderno de los fármacos para combatir la disfunción eréctil es Avanafilo (Spedra), un PDE5i altamente selectivo que tiene una alta proporción de inhibidores de la PDE5 en comparación con otros subtipos de PDE, una circunstancia que, según el doctor Romero-Otero, “permite que se minimicen los efectos secundarios”. Además, comenta este especialista, “presenta un rápido inicio de acción, experimentando hasta un 70% de los hombres la erección tras 15 minutos de tomar el fármaco”.