La mitad de los cánceres actuales se podrían prevenir con algo tan simple como cambios en la alimentación y en el estilo de vida. Sin embargo, no siempre queda claro qué modificaciones son las ideales y se suele hablar de generalidades como dejar a un lado los procesados, el alcohol y el azúcar. Ahora un nuevo estudio sugiere alimentos específicos que puedes resultar clave en mujeres maduras para evitar esta enfermedad.
Los investigadores han tomado los datos de más de 65.000 mujeres posmenopáusicas a las que se hizo un seguimiento durante más de dos décadas. Los resultados fueron concluyentes en todos los subtipos de cáncer de mama. A diferencia de otros estudios anteriores, en esta ocasión los científicos se han centrado en diferenciar entre los alimentos vegetales saludables -como los cereales integrales, la fruta, las verduras, los frutos secos, las legumbres, los aceites vegetales y el té o el café- y los alimentos vegetales que el estudio clasificó como menos saludables, como los zumos de frutas, los cereales refinados, las patatas, las bebidas azucaradas y los postres.
Durante el tiempo que se analizaron los casos, 3.968 participantes fueron diagnosticadas de cáncer de mama y siguiendo sus patrones alimentarios descubrieron que una dieta saludable basada en vegetales y verduras estaba relacionada con un 14% menos de riesgo de desarrollar este tumor, mientras que una dieta poco saludable estaba relacionada con un riesgo 20% mayor.
“La diferencia de nuestro estudio es que hemos podido desentrañar los efectos de la calidad de los alimentos vegetales, algo que no había sido objeto de estudios anteriores sobre otros patrones dietéticos. Al puntuar los alimentos sanos, insanos y de origen animal, analizamos de forma exhaustiva la ingesta de alimentos teniendo en cuenta la ‘salubridad’ de los grupos de alimentos”, afirma Sanam Shah, doctoranda del Centro de Investigación en Epidemiología y Salud de la Población de la Universidad de París-Saclay (Francia) y autora principal del estudio.
Pese a lo que puede parecer, la investigación no está centrada solo en mujeres con una dieta vegetariana o vegana, sino en aquellas que consumen más productos de origen vegetal que animal, como debería ser cualquier patrón de alimentación saludable. Pese a que los resultados son concluyentes, es cierto que se necesitan más estudios para evaluar las conexiones entre la dieta y el riesgo de cáncer en los que se sumen otras variables como carne, pescado o huevos para determinar cuál es la causalidad de la prevención de la enfermedad.