{{#section.link.href}}
{{section.link.title}}
{{/section.link.href}}
No solemos elegir los alimentos que comemos según su naturaleza térmica. Pues bien, hay alimentos que enfrían, alimentos que refrescan, alimentos que calientan y alimentos que tienden a la neutralidad. Y además, la forma de prepararlos y otras variables también influyen en su cualidad térmica.
Durante el invierno apetece ingerir comida caliente que nos ayude a sobrellevar de mejor manera el frío. Aunque algunos de estos alimentos contienen muchas calorías, hay otros que son saludables y contribuyen con el buen funcionamiento de nuestro cuerpo. Estos son seis de los alimentos que suben la temperatura corporal y nos ayudan a mantener el calor corporal dentro de la cama.
Los alimentos que le otorgan energía a tu cuerpo son ideales para combatir el frío. La avena es el cereal con mayor aporte proteico (13.8%). Una ración de 50 gr aporta el 25% del fósforo diario, el 15% del hierro, el 20% del magnesio, el 50% del manganeso y el 22% de la vitamina B1. También contiene avenantramidas, unos antioxidantes que, de acuerdo con algunos estudios, son uno de los componentes que hacen que el cereal sea beneficioso para el sistema cardiovascular.
La pimienta contiene piperina, una sustancia que produce calor con el contacto gracias a su alto contenido en aceites esenciales, es por ello por lo que también resulta picante al entrar en contacto con la lengua. Al ingerirse junto a otros alimentos, ayuda a incrementar la temperatura, lo que nos hace sentir cómodos durante los meses más fríos. Cabe indicar que la piperina también podría aumentar la biodisponibilidad de las vitaminas A y C, selenio o betacaroteno, por ello se dice que mejora la absorción de nutrientes. Además de esta propiedad, la pimienta también es muy poderosa contra la gripe, ya que contiene capsaicina, un compuesto químico que estimula las secreciones y ayuda a aflojar el moco y despejar las vías respiratorias.
Las grasas que contienen los frutos secos son de origen vegetal, por lo que cuentan con varios beneficios para la salud. Justo estas grasas (aceites) son las que les permite almacenar sus vitaminas y aportar calor a quien las consuma. También contienen un elevado potencial energético y valor nutricional. La castaña, por ejemplo, es un fruto seco estrella durante el invierno por la facilidad de su conversación. Puede ingerirse individualmente, pero también es posible incluirla en purés y postres como en carnes y asados.
El jengibre es termogénico, es decir, es un alimento que eleva la temperatura corporal, estimula el metabolismo y favorece la circulación sanguínea. Además de ser rico en aceites volátiles, tiene sustancias fenólicas, enzimas proteolíticas, ácido linoleico, vitaminas B6 y C y minerales como el calcio, magnesio, fósforo y potasio. Es posible usarlo fresco, confitado o en polvo. Por ejemplo, puede emplearse para aromatizar el aceite de oliva o junto a otros ingredientes como la nuez moscada, pimienta, clavo entre otros. Recuerda que una infusión de jengibre fresco cuenta con propiedades antivíricas que sirven para tratar los resfriados.
Cuando nos enfrentamos al frío es imposible evitar pensar en chocolates. Debido a su aporte calórico y azúcar, los especialistas recomiendan su ingesta moderada dentro de una dieta balanceada. Este alimento tiene un alto nivel de antioxidantes que promueve una piel más sana e hidratada. También cuenta con polifenoles, flavonoides y catequinas, mejora el flujo sanguíneo y disminuye la presión arterial, asimismo aumenta el colesterol HDL (o bueno).
Además de incrementar la temperatura en los organismos, la canela permite aliviar los malestares del resfriado gracias a sus propiedades antibacterianas y antivirales. También es una fuente idónea de hierro, calcio, fibra, vitaminas C y B1 y selenio. La canela es una de las especias más antiguas conocidas, ya que se cita en el libro de Éxodo de la Biblia. De hecho, este producto ya se empleaba en China en el 2.500 AC. Los árabes utilizaban este ingrediente para aromatizar carnes por su aceite esencial en fenol, que elimina las bacterias responsables de su putrefacción.