Posee propiedades hidratantes, antioxidantes, digestivas, hipocolesterolémicas, diuréticas, antifúngicas, desintoxicantes y antihipertensivas, según el portal Tu Salud. El alimento al que se refiere es una fruta que todos asociamos al Caribe, aunque, en realidad, puede encontrarse en cualquier frutería y supermercado. Nos referimos al agua de coco, uno de los grandes aliados de la salud.
A sus propiedades terapéuticas, se añade que apenas posee grasa y es diurética, por lo que es buena si queremos controlar el peso. Además, al ser una bebida natural, pueden consumirla personas de todas las edades incluso bebés. Sin embargo, debemos observar algunas precauciones a la hora de ingerirla.
Pese ser saludable, la ingesta de agua de coco debe ser tres vasos al día máximo. La razón es que su alto contenido en potasio y calcio puede puede causar alteraciones en los latidos cardíacos. En caso de diabéticos, el consumo debe ser de un vaso al día, debido a que este potasio puede ser perjudicial para los riñones si se consume en exceso.
Lo recomendable es que, ante cualquier patología, siempre se consulte con el profesional médico, que será quien tenga que validar la conveniencia de este nutriente. Sin patología previa, esta bebida destaca por los siguientes beneficios:
Las sales minerales que contiene el agua de coco (potasio, fosforo, magnesio, hierro y calcio) ayudan a tener mayor eficacia para combatir y aniquilar los patógenos que entran en el cuerpo. Según las últimas investigaciones, tomar agua de coco puede evitar algunas cardiopatías y algunos tipos de cáncer.
Por ser rica en sales minerales, el agua de coco ayuda a reponer estos minerales en el organismo. Por ello, es muy utilizada por quienes practican actividad física, ya que tiene pocas calorías y no causa distensión abdominal, como en el caso de otras bebidas isotónicas. Además, el agua de coco también puede ser útil en ocasiones en las que hay riesgo de deshidratación, como la diarrea.
El agua de coco contribuye a eliminar toxinas del organismo, ya que estimula el funcionamiento de los riñones, ayudando en la producción y eliminación de orina. A través de la orina podemos los residuos que pueden dar origen a piedras en los riñones, previniendo así, los cálculos renales.
Sin embargo, como decíamos, cuando hay enfermedad renal es importante consultar a un nefrólogo y a un nutricionista para controlar la ingesta de agua de coco, ya que el consumo elevado de potasio, presente en grandes cantidades en esta bebida, puede sobrecargar la función renal.
El agua de coco puede utilizarse para limpiar e hidratar la piel. Además, contiene ácido láurico, un ingrediente que ayuda a combatir hongos y que es muy efectivo en el tratamiento del acné.
El potasio y magnesio presentes en el agua de coco contribuyen a combatir la mala digestión, acidez y reflujo. Es un buen aliado para quien sufre de náuseas y mareos constantes, como pueden ser las embarazadas y personas en tratamiento con quimioterapia. El agua de coco ayuda a limpiar el hidratar el esófago, calmando la irritación causada por acidez gástrica, y de esta forma, las náuseas.
El potasio, presente en grandes cantidades en el agua de coco, mejora la circulación sanguínea y aumenta la eliminación del sodio por la orina. Esta reacción ayuda en el tratamiento de la presión arterial, disminuyendo el riesgo de enfermedades cardíacas.
La ingesta habitual de agua de coco ayuda a la disminución de las placas de grasa en la arterias. La razón está en los antioxidantes, compuestos esenciales para equilibrar los niveles de colesterol en la sangre.
El gua de coco contiene calcio y magnesio, dos micronutrientes que ayudan a la salud de los músculos y que son fundamentales para la prevención y el tratamiento de los calambres en aquellas personas que practican actividad física.
El agua de coco está indicada en el tratamiento de la infección intestinal en adultos e incluso en como tratamiento en la diarrea infantil, puesto que contribuye a reponer el agua y los nutrientes como potasio y sodio, que se pierden en grandes cantidades durante estos episodios.
El agua de coco posee cantidades importantes de vitamina C, A y del complejo B, todas necesarias para la buena salud ocular. Estas vitaminas ejercen un papel importante como antioxidantes y su déficit se relaciona con enfermedades de la retina. De hecho, la carencia de vitamina A es una causa frecuente de ceguera en países poco desarrollados.