No son pocas las veces que, durante nuestros paseos por el campo o por la playa nos encontramos con vegetación de la que no conocemos nada. ¿Y esa planta fuese el complemento perfecto para nuestra cocina? Y no te hablamos como decoración, sino adaptándola a nuestra alimentación. Una de ellas es la salicornia, una planta marina con un gran contenido en polifenoles y que se conoce como el espárrago de mar debido a su aspecto. ¿Qué nos puede aportar esta planta marina?
Según un estudio desarrollado por un grupo de investigación neurovascular del Hospital Universitario Virgen Macarena, esta planta podría ayudar a prevenir y tratar enfermedades neurovasculares como el ictus tras haberla testado en pacientes que ya han sufrido uno para así evitar nuevos eventos vasculares y mejorar la salud cardiovascular. ¿Cómo? A través de unos suplementos alimenticios con salicornia.
Se centraron en cómo aquellos pacientes que tenían niveles altos de homocisteína, un aminoácido de origen animal que puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares y neurovasculares, y consumieron el suplemento lograron disminuir “este indicador frente a los que ingirieron placebo”. Según Soledad Pérez, investigadora principal, “también se observó una tendencia muy interesante sobre la reducción del colesterol en el grupo que recibió el extracto de salicornia”.
Pese a ser algo desconocida, la salicornia comienza a ganar fama en las cocinas porque, además de prevenir enfermedades cardíacas, entre sus propiedades ayuda a mantener la hidratación, a reforzar el sistema inmune y es rica en proteínas, hidratos de carbono y en diferentes vitaminas y minerales. Por no hablar de que puede ayudar a bajar de peso y a mejorar la digestión.
Si no te es fácil encontrar la salicornia, hay otros alimentos que cuentan con unos niveles de polifenoles potentes, como pueden ser las uvas, los caquis, las fresas o las alcachofas, aunque algunos tés, como el verde, el chocolate, los frutos rojos, las manzanas o las cebollas también cuentan con niveles altos.