Dieta OMAD: ¿es tan buena como se dice para quemar grasa rebelde y aumentar la longevidad?

  • Algunos nutricionistas sostienen que en los días previos a las vacaciones, en los que es muy probable que se cometan excesos calóricos, conviene racionalizar la ingesta para no llegar a las vacaciones con más kilos de más

  • La dieta OMAD, siglas de One Meal A Day ('Una comida al día'), puede ayudar en este objetivo y supone una versión extrema del ayuno intermitente

  • La dieta OMAD tiene como desventaja una menor ingesta de proteínas, necesarias para tener energía, y un mayor aporte de carbohidratos, los nutrientes que suelen reducirse en cualquier dieta

A estas alturas no vamos a hablar de la denostada Operación Bikini, pero lo cierto es que algunos nutricionistas sostienen que en los días previos a las vacaciones, en los que es muy probable que se cometan excesos calóricos, conviene racionalizar la ingesta para no llegar a las vacaciones con más kilos de más. Y si durante ellas, ves que no estás haciendo una dieta sana, ve compensando día a día.

A partir de estas recomendaciones se ha puesto de moda la dieta OMAD, sigla de 'One Meal A Day'; es decir, una comida al día. Con una sola ingesta, la restricción calórica es evidente. Algunos sostienen que se pierde grasa y que es una buena herramienta para ralentizar el envejecimiento, ya que, según explican expertos como Valter Longo, cuando el cuerpo espacia las ingestas, se pone en marcha el mecanismo de autofagia o depuración de tóxicos y calorías indeseables. La pregunta es si es una manera saludable para deshacerse de los kilos indeseados a largo plazo.

¿En qué consiste?

Como decíamos al principio, consiste en hacer una sola comida al día, pero no especifica qué es lo que se come ni tampoco a qué hora, pese a que sabemos que cuándo se comen determinantes nutrientes, según el principio de la cronodieta, tiene consecuencias metabólicas.

La dieta OMAD equivale a un ayuno 23:1: no se come nada en 23 horas y se ingiere alimentos en una ventana de una hora. En su forma más pura, esta dieta no dicta una restricción calórica específica o una composición de macronutrientes específica.

Beneficios

Los nutricionistas que aconsejan el ayuno intermitente y las dietas bajas en carbohidratos como estrategias básicas en la pérdida de peso con frecuencia usan la OMAD para ayudar cuando no hay resultados rápidos. Si una persona apenas consume carbohidratos, pero no está bajando kilos como era de esperar, hacer una dieta OMAD puede servir de empujón.

Aunque es una dieta nueva y, por tanto, con poca literatura clínica, sí parece que tiene otros beneficios para la salud atribuidos a la pérdida de peso: mejora la sensibilidad a la insulina y reduce la tensión arterial, los parámetros inflamatorios y la grasa visceral, lo cual implica un menor riesgo de sufrir alguna cardiopatía.

Por otra parte, si se padece alguna patología gastrointestinal, como cólicos, gases o dispepsia, se va a mejorar porque, al comer una sola vez, el sistema digestivo va a trabajar menos. Por último, si queremos eliminar grasa a corto o medio plazo, se experimenta una gran reducción de tejido adiposo y volumen. Hasta aquí, las ventajas de esta dieta. Vayamos a por los aspectos negativos.

Restricción calórica (y energética) crónica

Uno de los beneficios clínicos de la OMAD es que la ingesta de calorías se reduce de forma natural. La otra cara de la moneda es que puede ser difícil obtener suficientes calorías si se sigue diariamente la OMAD como patrón alimenticio a largo plazo. Es decir, no obtendríamos la energía suficiente para las actividades diarias y generaría una restricción calórica crónica.

Como es sabido, aunque la restricción calórica crónica ayuda con la pérdida de peso inicial, genera problemas a largo plazo porque tiende a bajar la velocidad metabólica basal (en reposo), además de poder generar cierto efecto rebote en cuanto se incrementa la ingesta calórica.

Falta de proteínas

La restricción calórica de la OMAD también puede conducir a una restricción de proteínas. De hecho, puede ser difícil ingerir las necesidades diarias de proteínas en una sola sesión. Y esto es precisamente lo más complicado de esta dieta. La cantidad diaria recomendada de proteínas es uno o 1,2 gramos por kilo de peso. Una persona de 70 kilos debería comer entre 70 y 80 gramos de proteínas en una sola ingesta, lo que equivale a cinco huevos medianos o unos 400 gramos de pollo en una sola vez. El organismo no puede procesar todo eso, por lo que, finalmente, hay que restringir el número de proteínas, con una evidente carencia de nutrientes.

Demasiados carbohidratos

Aquí ocurre algo parecido a lo que pasa con las proteínas. En una dieta sana, los carbohidratos no deberían superar los 10 gramos en cada plato. Al comer una única vez, la OMAD permitiría subir hasta los 20. ¿Qué puede ocurrir? Las personas muy resistentes a la insulina pueden responder a una carga de 20 gramos de carbohidratos con picos de glucosa e insulina, lo que es perjudicial para la salud.

Señales a las que estar atento

La dieta OMAD puede ser conveniente para algunas personas que necesitan avanzar en la pérdida de peso. Pero no deja de tener efectos secundarios. El primero es sentirse falto de energía y hambriento. Sin embargo, tener malestar, fatiga extrema, mareos, náuseas, u otros efectos secundarios graves son respuestas anormales. Ante cualquiera de estos efectos, es mejor no seguir con este tipo de dieta y consultar al médico para que te diga cuál es la mejor opción para poder mantener a raya los kilos de manera sostenible.