Perder peso puede llegar a ser un proceso especialmente complejo, sobre todo cuando no se dispone de tiempo o recursos económicos para invertir en ayuda profesional. Si bien es cierto que la conjunción de ejercicio físico, dieta saludable y equilibrada y correcto descanso se traduce en una pérdida de peso, hay ocasiones en las que la báscula no refleja este trabajo, ya sea porque no existe un auténtico déficit calórico, porque no se ha hecho el suficiente ejercicio o por el propio metabolismo.
Descubrir que la báscula sigue marcando la misma cifra que cuando se empezó la dieta resulta desalentador, y son muchos los que, al no ver resultados inmediatos, deciden abandonar su proceso de cambio físico. Para ayudarles a alcanzar su objetivo, no obstante, existen ciertos alimentos que, incorporados siempre a una alimentación equilibrada y rica en fruta y verduras, pueden llegar a favorecer la pérdida de peso, ya sea por sus propiedades saciantes o porque pueden acelerar el metabolismo, entre otros.
Uno de estos alimentos es el jengibre, una planta de origen asiático que se ha popularizado en los últimos años y que actualmente puede verse en multitud de elaboraciones. Considerado como un superalimento, es decir, un alimento muy completo desde el punto de vista nutricional que sobresale sobre los demás por la gran cantidad de beneficios que puede llegar a aportar a nuestro organismo, el jengibre se caracteriza por sus propiedades antiinflamatorias y digestivas, y puede llegar a mejorar los procesos digestivos y la eliminación de grasa. Además, también puede ayudar a eliminar líquidos y la inflamación del abdomen, a prevenir el daño cardiovascular, a reducir los dolores menstruales y reumáticos y a combatir las migrañas, entre otros.
Combinado con un estilo de vida sano y saludable, el jengibre puede llegar a aportar una gran cantidad de beneficios para la salud. De cara a elaborarlo, se pueden optar por diferentes recetas, ya que puede añadirse a multitud de platos, aunque una de las más sencillas es la del agua de jengibre. O lo que es lo mismo: una infusión en la que el jengibre sea el gran protagonista.
Para preparar este té, lo primero que se debe hacer es añadir agua a un recipiente y esperar durante unos minutos a que hierva. Una vez haya alcanzado el punto de ebullición, se deberá añadir el jengibre, ya sea en polvo o laminado.
Si se opta por el jengibre en polvo, bastará con añadir un par de cucharadas; en cambio, si se opta por el laminado, será necesario incorporar cinco pedazos. Una vez el ingrediente se haya introducido en el agua hirviendo, habrá que apagar el fuego y esperar entre diez y quince minutos. Transcurrido este tiempo, la bebida estará lista para consumir.
Para darle más sabor a este té, se pueden añadir otros ingredientes, como canela, limón, menta, miel o incluso un poco de sidra de manzana. Además, el jengibre también puede combinarse con té verde, moliendo un poco de este tubérculo y mezclándolo con la infusión para potenciar las propiedades de ambos ingredientes.
A la hora de consumir el agua de jengibre, se recomienda hacerlo por las mañana, antes de desayunar, para que el cuerpo pueda procesarlo mejor. Aun así, de cara a perder peso, es recomendable ponerse siempre en las manos de un especialista y seguir sus consejos.