La microbiota digestiva nos conforma como individuos. Cada persona tiene la suya y no hay dos iguales. Esa colonia de microorganismos compuesta de bacterias, hongos y virus es capaz de generar salud o de provocarnos enfermedad. Y, en medio de ese arco, está la vitalidad. Tenerla significa que gozamos de un buen estado físico. Carecer de ella puede ser indicio de algún trastorno. De todo ello escribe, largo y tendido, Gemma Hortet, nutricionista y experta en Medicina Tradicional China, en 'Aumenta tu vitalidad' (Libros Cúpula), una obra eminentemente práctica a la que recurrir en muchos momentos, de los más evidentes, como el cambio de estaciones, a los que pasan más desapercibidos. ¿Quién no se ha sentido mal después de un fin de semana intenso? Uppers ha hablado con Gemma Hortet sobre salud, nutrición y la sensación casi perenne de estar cansados.
¿La vitalidad se concentra en la microbiota?
La microbiota digestiva es una fuente de vitalidad porque todos los microorganismos que se encuentran allí nos ayudan a sintetizar vitaminas, minerales, a hacer accesibles los nutrientes que comemos para nuestro cuerpo, a generar neurotransmisores del bienestar… y hasta generar un extra de energía con sustancias como el butirato.
¿La microbiota no solo ayuda a digerir, también es capaz de producir energía?
Sí. Estos bichitos se encargan, entre otras cosas, de generarnos una energía extra diaria a través de todo lo que comemos, algo muy interesante para mantenerte joven y vital, tengas la edad que tengas, porque evita que te degeneres más rápidamente.
¿Para saber si alguien tiene bien la microbiota qué hay que hacer?
Hay que ir a un buen profesional integrativo. Este te puede mandar realizar un test de disbiosis intestinal en heces o analizar los metabolitos de la orina. Estas pruebas las ha de prescribir alguien que conozca cómo interpretarlas y qué hacer a nivel nutricional para tratar y equilibrar la microbiota.
¿Cómo influye la energía del yin y el yang en tu día a día?
Esto es tan complejo que mejor nos leemos mi libro (risas). El yin y el yang son dos tipos de energía: el yin está relacionado con la calma y el yang con la actividad. Para sintetizar, todo existe porque hay dualidad: el día (yang) da paso a la noche (yin). La actividad diaria (yang) ha de compensarse con descanso y relajación diaria (yin). El sedentarismo de una oficina (yin) ha de equilibrarse con ejercicio diario (yang). Cuando nosotros equilibramos a diario lo que hacemos, todo va en armonía y esta armonía se traduce en bienestar y en vitalidad. Cuando empezamos a hacer más de una energía y menos de la otra empezamos a cansarnos y si esto se alarga nos agotamos.
Si tienes estrés, ¿tienes descompensado el yin o el yang?
Depende. El estrés, en general, es un exceso de actividad con lo cual es yang. Pero, como he explicado antes, lo que produce estrés físico o mental es el desequilibrio. Si tú armonizas tu vida; si te cansas, pero luego descansas; si estás ocho horas sentado, pero luego paseas dos; si te comes un entrecot, pero luego cenas crema de verduras, equilibras. El deseado equilibrio ha de ser placentero para poder sostenerse en el tiempo, por ello te recomiendo que crees rituales de bienestar en tu día a día que te gusten, así no tan solo mejoras tu vitalidad sino que también disfrutarás haciéndolo.