La levadura de cerveza, aunque se ha puesto de moda hace bien poco, viene desde épocas antiguas. El famoso papiro de Ebers del antiguo Egipto, Hipócrates, Dioscórides o el mismísimo Paracelso hablaban de ella.
Se trata de un producto derivado de la fermentación de cereales como la cebada o el trigo, gracias a un microorganismo llamado Saccharomyces cerevisiae. El producto resultante se seca, se limpia y se pasteuriza antes de su venta en forma de copos o en polvo. Se comercializa también en forma de cápsulas o comprimidos, como suplemento nutricional.
La levadura de cerveza es un tipo de levadura que sirve para fortalecer el sistema inmunológico, regular el azúcar en la sangre, favorecer el aumento de la masa muscular y de la pérdida de peso. Esta levadura se caracteriza por aportar vitaminas del complejo B, como ácido fólico y vitamina B3, y minerales como el potasio, magnesio y el fósforo. También es considerado un probiótico, que son bacterias benéficas del intestino que ayudan a mantener la salud de la flora intestinal.
¿Para qué sirve la levadura de cerveza?
Alivia el estrés, combate la fatiga y mejora el ánimo. Gracias al complejo de las vitaminas B que tienen la levadura está relacionado con la buena degradación de los azúcares, lo que permite convertir el azúcar en energía, por lo que la levacdura ayuda a tener energía ara todo el día. Además, también es buena para el rendimiento intelectual, y el estrés.
Ayuda a reducir los niveles de azúcar. La levadura de cerveza contiene cromo. Este componente es un mineral que colabora en el metabolismo de los macronutrientes, carbohidratos, grasas y proteínas.
Ayuda a perder peso. Sus proteínas y fibra ayudan a perder peso, pues proporciona una sensación saciante que juntamente con sus propiedades beneficiosas como son la regulación de azúcar en sangre y el correcto metabolismo de carbohidratos, contribuye a la pérdida de peso. Y, aunque su aporte calórico por cada 100 g es elevado, tan sólo hacen falta un par de cucharadas soperas (unos 20 g) para disfrutar de sus beneficios.
Estimula el sistema inmunológico. El selenio que contienen la levadura de cerveza junto con el zinc juega un importante papel protegiendo a nuestro organismo de infecciones. Además, el selenio también es antioxidante por lo que ayuda a mantener un buen estado celular y de forma más longeva
Mejora cabello, uñas y piel. Una de las propiedades más conocidas de la levadura de cerveza son sus efectos directos sobre la piel, cabello y uñas. La gran protagonista de este efecto es la biotina o vitamina B8. Esta vitamina presente en la levadura de cerveza ha demostrado ser muy eficaz para ayudar a fortalecer uñas quebradizas y cabellos debilitados.
Regula el funcionamiento intestinal. La levadura de cerveza posee fibras, principalmente betaglucanos, y es considerada como un probiótico por lo que ayuda a mejorar la digestión, así como ayuda a tratar algunos trastornos digestivos como la diarrea, síndrome de intestino irritable, colitis y la intolerancia a la lactosa,
Ayuda a la buena cicatrización. Como se ha mencionado anteriormente, la levadura de la cerveza posee una gran cantidad de nutrientes. Entre ellos se encuentra la biotina, un elemento de gran relevancia para la regeneración de tejidos lesionados.
¿Cómo tomarla?
La levadura de cerveza se comercializa en forma líquida, en polvo y en cápsulas o comprimidos, pero sea en la forma que sea, lo más recomendable es tomarla tres veces al día, acompañada de otros alimentos en el desayuno, almuerzo y cena, ya que es de la manera que se absorbe mejor.
La cantidad ideal es entre 10 g y 30 g que puede dividirse en diferentes momentos a lo largo del día o se puede tomar en un solo batido o plato principal. La distribución a lo largo de la jornada puede ayudar especialmente para eliminar la fatiga y mantenernos saciados si estamos llevando a cabo una dieta de adelgazamiento. Respetando estas cantidades, es más que suficiente para empezar a ver sus beneficios.