El pescado es uno de los pilares de la alimentación. Pero igual que hay alergias a los frutos secos, al marisco o a determinadas especias, también hay otras no tan comunes, pero que afectan a un porcentaje considerable de la población. Sí, hay gente que no puede comer pescado simplemente porque son alérgicos. Estas personas no pueden comerlo, aunque hay otra mucha gente que, bien porque su sociedad no tiene acceso a la pesca o porque no les gusta, no lo comen. ¿Qué repercusiones tiene sobre su salud? ¿Puede afectarles con un déficit de omega 3?
Una semana más el nutricionista Aitor Sánchez viene a resolver dudas sobre alimentación en ‘¿En qué quedamos? Por Mi dieta cojea’ y, en este caso, para hablar de un alimento que puede ser muy importante para aquellas personas que no pueden comer pescado y quieren conseguir una buena fuente de omega 3 a través de la alimentación.
El omega 3 es un ácido graso que tiene grandes beneficios sobre la salud, desde fortalecer las neuronas, hasta mantener fuerte el sistema circulatorio o proteger de un posible accidente cerebrovascular. ¿No poder comer pescado puede ser perjudicial?
Lo cierto es que no. El pescado es un alimento que debe incluirse en la dieta, pero no es insustituible, ya que sus propiedades pueden obtenerse de otros alimentos, también el omega 3. Si no puedes comer (o no te gusta) el pescado, Aitor Sánchez da algunos alimentos de origen vegetal que pueden aportarte el omega 3 que te falta.
El Dietista-Nutricionista y Tecnólogo Alimentario destaca las bondades de las semillas de chía y también de las semillas de lino. Las dos cuentan con un tipo concreto de omega 3 llamado ALA que nuestro cuerpo es capaz de transformar en EPA y DHA, dos ácidos grasos que nuestro organismo necesita.
No obstante, para obtener los beneficios de este tipo de semillas hay que tener en cuenta que deben triturarse o ponerse en remojo antes de consumirlas para poder absorber todos sus nutrientes. Si no hacemos esto, sino que las comemos enteras, saldrán de nuestro organismo igual que entraron y no nos aportarán nada. Eso sí, si no eres fan de este tipo de semillas, otra opción es tomar unas cuatro o cinco nueces cada día.
En la anterior entrega de ‘¿En qué quedamos? Por Mi dieta cojea’ el nutricionista explicó cómo surgen las bacterias resistentes a los antibióticos que en ocasiones aparecen en el pollo que se vende en los supermercados. ¿Cómo repercute a la salud de los consumidores? ¿Dónde está el verdadero problema? ¿Qué soluciones existen? Sobre todo ello profundiza Aitor Sánchez.
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