Llevamos media vida escuchando lo importante que es tomar cinco comidas al día pero resulta que ahora los estudios dicen lo contrario. El ayuno intermitente se ha hecho un hueco en el mundo de la nutrición. Según el estudio ‘Tiempo para ayunar’ publicado por la revista médica 'Science', esta práctica retrasa el envejecimiento, reduce el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares e incluso disminuye las posibilidades de padecer cáncer. Hablamos con un nutricionista que nos explica las claves de esta dieta y cómo sumarse a ella a los 50 años.
Es un protocolo de alimentación que consiste en "no comer absolutamente nada durante un largo periodo de tiempo", explica Emilio Galíndez, dietista – nutricionista de la Clínica Capón. Es una buena alternativa a las dietas restrictivas y, siempre supervisado por un especialista, fomenta la pérdida de peso y, por lo tanto, la mejora del estado de salud general.
"Es una buena forma de reducir la ingesta calórica pero hay que tener claro que es una parte del todo. No sirve de nada darse atracones y luego ayunar. Tiene que ser algo pautado, sostenido en el tiempo y acompañado de una alimentación saludable y equilibrada. Lo más importante es saber que no consiste en seguir actitudes compensatorias”, afirma el dietista.
Diferentes intervalos adaptados a tus necesidades
Para seguir el ayuno intermitente existen varios métodos marcados por la cantidad de horas que se está sin ingerir alimentos. Los más comunes son el ayuno intermitente 16/8, que consiste en realizar periodos de ayuno de 16 horas, seguido de ocho horas en las que se puede ingerir alimentos. Otra alternativa es el de 24 horas, es decir ayunar un día completo, por ejemplo un día a la semana. O el ayuno de 12 horas, realizando solo dos comidas por jornada.
Cualquiera de las opciones anteriormente citadas deber realizarse con un control. "Un especialista adaptará el ayuno a las necesidades. No todas las personas son iguales, ni tienen los mismos objetivos. En algunos casos hay que probar diferentes intervalos hasta dar con el más recomendable. También se juega con los intervalos en los casos en los que el paciente sufre ansiedad", cuenta Galíndez.
Los 50 años, el mejor momento
Esta dieta no tiene una limitación de edad, incluso aporta más beneficios a las personas maduras. "A partir de los 50 años nuestro cuerpo empieza a evidenciar problemas que antes no existían, sobre todo cardiovasculares y de estrés oxidativo. La mejora en la alimentación y la bajada de peso provocan una mejora de la salud. El ayuno intermitente está relacionado con un deseo de mejorar el estilo de vida”, apunta el experto.
Otro estudio, realizado por la publicación médica Cell Metabolism a hombres de mediana edad con síntomas de prediabetes, asegura que el grupo mejoró la presión sanguínea, la sensibilidad hacia la insulina, se redujo la posibilidad de desarrollar la enfermedad y mejoró su salud cardiovascular en general.
"Los pasos a seguir son sencillos. El primero, hablar con un experto y realizar un proceso de adaptación gradual. No consiste en dejar de merendar y al día siguiente no volver absolutamente nada. Una vez pautado se puede comenzar a realizar. Con el ayuno se pretende también mejorar la relación con la comida y dejar de lado los malos hábitos", concluye Galíndez.