No sólo las bicis son para el verano. Con el buen tiempo hay bebidas que apetecen más que otras, especialmente cuando estás en una terraza. La cerveza y el tinto de verano encabezan la lista de peticiones de los españoles. Incluso los fans incondicionales de la cerveza titubean unos segundos ante la imagen de un tinto de verano con una buena cantidad de hielo y una rodajita de limón.
Así mismo, todos sabemos que el alcohol engorda. De hecho, en cualquier dieta para perder peso que pretendas hacer, las bebidas alcohólicas son lo primero que el nutricionista elimina o reduce de tu plan alimenticio. Por ello, una de las preguntas más populares y que generan más interés entre los amantes del tinto de verano y la cerveza, ha sido siempre cuál de las dos opciones es una mejor elección para la salud y la dieta.
Ahora, con el verano y las vacaciones es un habitual las reuniones con amigos y las comidas fuera de casa que suelen ir acompañadas con un consumo mayor de estas bebidas. Para salir de dudas y seguir disfrutando sin remordimientos, ¿qué opción es mejor para ti? La primera buena noticia es que ninguna de las dos opciones resulta muy elevada en cifras calóricas.
El tinto de verano es elaborado a partir de vino tinto, generalmente de media o baja calidad, que se mezcla con un refresco azucarado, hielo y unas gotas de limón. Así, en un tinto de verano tradicional las calorías derivan del azúcar y el alcohol, pudiendo tener un vaso hasta 120 Kcal dependiendo de la cantidad de refresco y vino que utilicemos.
El alcohol, como ya sabemos, es una fuente de calorías vacías, ya que no ofrece beneficios al organismo, sino que por el contrario, puede perjudicar nuestra la salud. Y de igual forma sucede con el azúcar, que no se necesita en nuestro cuerpo y que no sacia, sino que sólo aporta calorías al organismo. Esta combinación de azúcar y alcohol no favorece en nada el cuidado de la línea y la salud, sino que por el contrario puede incentivarnos a beber más y más, ya que ambos componentes tienen efecto adictivo en nuestro cuerpo.
Lo único positivo de esta bebida es su aporte de polifenoles que tienen diferentes efectos beneficiosos en nuestro cuerpo, pero por supuesto, siempre hay otras fuentes más recomendables de este nutriente que el tinto de verano que resulta una bebida con calorías vacías, no saciante sino por el contrario, estimulante del almacenamiento de grasas.
La cerveza es también una bebida alcohólica, aunque suele tener una graduación inferior a la del vino tinto que contiene el tinto de verano. También ofrece una mínima cantidad de hidratos, aunque éstos derivan de la cebada que le da origen y no de azúcares añadidos. Por otro lado, a diferencia del tinto de verano, sus calorías (85 Kcal por vaso aproximadamente) se acompañan de minerales y vitaminas que nuestro cuerpo utiliza para funcionar adecuadamente tales como potasio, fósforo, magnesio y vitaminas del complejo B.
De esta forma, la cerveza es una de las bebidas alcohólicas con menos calorías y mejores nutrientes, sin embargo, no ayuda a perder peso ni favorece la hidratación, sino que puede producir el efecto contrario. Por otro lado, aunque tiene menos calorías que el tinto de verano, solemos consumir mayores proporciones de cerveza, lo cual se traduce en una gran cantidad de alcohol y de energía derivada del mismo.
Si queremos aun una mejor alternativa para consumir este verano sin dejar de proteger la salud del organismo, lo mejor será evitar las bebidas comerciales que aun cuando no tienen alcohol pueden ser fuente de azúcares y elaborarlas en casa. Es decir, escogiendo un vino o cerveza sin alcohol (0,0%) y agregándole unas gotas de stevia, gaseosa y si deseamos, unas gotas de limón recién exprimido, podemos lograr un tinto de verano mucho más sano y ligero.