"¿Dónde he dejado el móvil?", "¿Dónde acabo de poner las gafas?", "¿Qué habré hecho con las llaves del coche?". Seguramente todos nos hemos hecho alguna de estas preguntas en más de una ocasión. Son olvidos sin importancia en personas sanas pero que se producen con más frecuencia con la edad, ya que nuestros procesos cognitivos funcionan de forma más lenta. La cuestión es que cuando tratamos de encontrar algo nuestro cerebro realiza un recorrido mental por todo aquello que hemos hecho desde el último momento que recordamos del objeto que echamos en falta. Investigadores de la Universidad de Princeton (Estados Unidos) han elaborado una teoría basada en lo que llaman 'límite de eventos'.
"Intuitivamente, percibimos la estructura en forma de acontecimientos en la experiencia continua. Una 'visita a un restaurante' y un 'viaje en tren' son ejemplos de este tipo de acontecimientos. Cuando un evento termina y empieza otro, la gente percibe un límite de evento, y los observadores humanos coinciden sustancialmente en los momentos exactos en que se produce un límite de evento", explica Sebastian Michelmann, autor principal del estudio publicado en la revista científica 'Psychological Science'.
La investigación defiende que las personas utilizan estos límites de sucesos como 'peldaños' para escanear sus recuerdos cuando intentan recordar ciertos hechos o fragmentos de información. Así, en el caso de perder unas llaves, esto podría implicar retroceder hasta el último momento en que recuerdas tenerlas claramente (por ejemplo, cuando entraste por la puerta de casa) antes de saltar al evento 'llamada telefónica' y después al evento 'ver la televisión', momento en el que podrías recordar que colocaste las llaves junto al mando a distancia.
"Cuando las personas buscan en recuerdos continuos, pueden hacerlo lenta y minuciosamente, pero también pueden saltar al siguiente evento cuando deciden que la respuesta que buscan no está en el evento actual. Los límites de los eventos son puntos de acceso importantes para este salto, por eso nos referimos a ellos como peldaños en el proceso de búsqueda en la memoria", continúa Michelmann.
En futuros estudios, Michelmann quiere investigar cómo el conocimiento esquemático de la información de nuestro entorno interactúa con la memoria episódica para favorecer el recuerdo de experiencias específicas frente a las típicas. Por ejemplo, recordar cómo es una fiesta de cumpleaños típica podría ayudarnos a recordar detalles concretos de la celebración del 30 cumpleaños de una persona. Aunque también es cierto que confiar demasiado en estos esquemas podría enturbiar nuestros recuerdos de detalles únicos.