Más de una vez un amigo da la tabarra con que se quiere jubilar ya porque necesita tiempo libre. Después, cumple su objetivo y tras varios meses sin obligaciones laborales confiesa que se aburre de forma soberana, se está empezando a deprimir, a aburrir y no es tan feliz como quisiera. Precisamente, unos investigadores norteamericanos han dado con el motivo de su infelicidad. En Uppers nos hemos hecho eco de su estudio que concreta cuánto tiempo libre necesitas para ser feliz.
El equipo que llevó a cabo el análisis lo forman expertos en el campo del marketing: Marissa A. Sharif, que trabaja en The Wharton School, de la Universidad de Pensilvania, junto a Cassie Mogilner y Hal E. Hershfield, de la Anderson School of Management de la Universidad de California en Los Ángeles. Las conclusiones se publicaron en 2021 en la revista Journal of Personality and Social Psychology de la American Psychological Association.
El ritmo actual de los trabajadores es frenético y a muchos les cuesta llegar a todo más si tienen hijos o están a cargo de familiares dependientes. Se suma un nivel de ingresos escaso, la presión que ejercen las redes sociales maquillando una realidad inexistente e inviable y la necesidad de llevar una vida saludable en cuanto a la alimentación y el deporte, que poco a poco se va extendiendo, entre muchas otras variables.
La vida moderna araña horas al día a día y cada individuo echa falta tiempo libre sí mismo aunque se sienta plenamente realizado en su trabajo. De este modo, cada minuto dedicado a lo que uno quiere realmente se transforma en el recurso más preciado.
Los investigadores han publicado su trabajo bajo el título “Tener demasiado poco o demasiado tiempo está relacionado con un menor bienestar subjetivo”. Esta afirmación se refiere a que el tiempo libre hace feliz siempre que sea ni muy poco, ni todo el del mundo. El estudio resuelve la incógnita de cuánto tiempo libre exactamente se necesita para ser feliz. Aunque se sueñe con unas largas vacaciones o la jubilación ante un exceso de horas sin ocupaciones al final no se disfrutan porque esa falta de productividad aburre. Además, lo que invade de felicidad y genera satisfacción, según los expertos, es un propósito en la vida y no ver pasar las horas sin hacer nada más que ver la tele o revisar las redes sociales.
En la investigación, que engloba tres amplios estudios, han participado 37.500 trabajadores y desempleados estadounidenses desde 1992 y hasta 2008. A todos ellos se les ha ido pidiendo que destinaran tramos concretos de la jornada a tiempo libre y que a su vez lo dedicaran a diferentes alternativas o incluso a no hacer nada.
El análisis de los resultados puso sobre la mesa que el tiempo libre mínimo que una persona necesita tener a diario es de dos horas y que menos de esa posibilidad genera estrés. De este modo, contar con menos de dos horas libres diarias no es suficiente para alcanzar la felicidad. Los encuestados afirmaron que el trabajo, las obligaciones del hogar y las familiares no les permitía tener más tiempo libre y se encontraban estresados. En cambio, aquellos que podían contar con unas tres horas ya se sentían muy satisfechos.
Por otro lado, los investigadores se encontraron con que sucede algo parecido cuando se dispone de más de cinco horas al día de tiempo libre. Las personas se sienten satisfechas porque son productivas al alcanzar sus metas y sus objetivos. Sin embargo, esa satisfacción desaparece si se destina una hora tras otra a actividades pasivas, a no hacer nada o a ver la televisión porque son acciones no productivas y que además generan aburrimiento. Al final se ve afectada hasta la sensación de bienestar.
De este modo, según el estudio, el tiempo libre que una persona necesita tener a diario para que le aporte felicidad sería mayor de dos horas, pero menos de cinco.
A su vez, los participantes debían realizar ciertas actividades durante ese tiempo libre y reportar sus sensaciones. Así otra de las conclusiones qué reflejó el estudio es que lo realmente importante es la calidad del tiempo libre y no tanto la cantidad. Aquellos que realizaban tareas o iniciativas más productivas como la práctica de un deporte, leer, ayudar a otras personas o desarrollar un proyecto personal aseguraban sentirse felices y que incluso cinco horas se les quedaban cortas. La conclusión final es que el tiempo libre queda asociado a la felicidad cuando se invierte en un propósito.