Parece que todo va fenomenal hasta que tu pareja asciende y se coloca dos o tres escalones por encima. No solo sanea su cuenta bancaria sino que se permite caprichos antes impensables que quiere compartir contigo pero tú no los aceptas. Empiezas a mirarle de otro modo porque el enamoramiento inicial comienza a cubrirse con un velo de envidia y de celos. Algo pasa.
En Uppers hemos tomado nota de algunas preguntas que debes hacerte si el éxito profesional de tu pareja te provoca celos. Es un tema en el que ha profundizado la revista digital Businessinsider.es preguntando a Rebekah Shallcross, una psicóloga clínica e investigadora, que en 2020 fundó el Centro de Terapia Feminista con el objetivo de demostrar como el patriarcado, el racismo y el capacitismo afectan a la salud mental de las personas.
El que una pareja se encuentre a la par profesionalmente hablando cuando inicia su relación y después solo uno despega o tiene más éxito laboral, dando lugar a ciertos roces, es más común de lo que parece. Sobre todo sucede cuando esa pareja tiene hijos y uno de los dos, casi siempre la mujer, decide dedicar más tiempo a su cuidado en detrimento de su ascenso en el trabajo. No obstante, tampoco hace falta que haya niños.
El hecho es tan habitual que se refleja en cientos de películas y series de televisión. Por ejemplo, en 2023 se estrenó Juego Limpio, bajo la dirección de Chloe Domont. La trama cuenta como Emily y Luke mantienen en secreto en el trabajo una apasionada relación y ella asciende a un puesto que él anhelaba. Su historia de amor se resquebraja porque surgen los celos y las envidias profesionales.
La envidia es un sentimiento o un estado mental que provoca dolor o tristeza porque no se tiene algo que otro sí posee, ya sea material (un coche) o inmaterial (éxito profesional). Si se traslada esa envidia al ámbito de las relaciones personales aparecen los celos, cuando se cree que esa persona querida “puede recibir de otra aquello que no obtiene de nosotros y, como consecuencia, perderemos su cariño”. De ese modo se rompe el equilibrio emocional porque se ve amenazado aquello que se consideraba propio o exclusivo. En realidad, según el ámbito de la psicología, los celos “son un claro indicador de baja autoestima e inseguridad en uno mismo”.
Esta disparidad salarial entre hombres y mujeres y en las parejas, además de reflejarse de forma recurrente en el cine, suele ser motivo de estudio. Por ejemplo, el Pew Research Center de Estados Unidos aseguró, teniendo en cuenta los datos recogidos en 2023, que exclusivamente el 29% de las parejas estadounidenses tienen salarios parecidos. Del resto, solo uno de los cónyuges es el responsable de aportar a la economía familiar el 60% de los ingresos totales.
Además, debido a que años atrás la mujer se quedaba a cargo de los niños y de las tareas domésticas y el trabajo fuera de casa lo cubría el hombre, él sufre muchas más envidias y celos cuando es ella quien tiene mayor éxito profesional. El fantasma del poder económico y del control masculino sobre las decisiones familiares junto al cambio de los roles de género dentro de la pareja siguen flotando en muchos hogares actuales. Sucede que en vez de ver el éxito de la mujer como una condición positiva que genera tranquilidad y estabilidad en la pareja, provoca en la rama masculina una sensación de fracaso personal por no ser obra suya.
La psicóloga británica Rebekah Shallcross anima a que si se sienten celos de la pareja por su éxito profesional en primer lugar se pregunte el por qué. Es decir, invita a averiguar la verdadera razón de esos celos. Lo más probable es que detrás de todo ello exista una impotencia por no tener la posibilidad de crecer en el trabajo, ya sea por falta de formación o de tiempo por tener que responder a otras obligaciones. Los celos, casi en todos los casos, son la punta del iceberg de los problemas reales existentes en la pareja y que hasta el momento no habían dado la cara. Si la relación era buena antes es extraño que todo se desmorone por un ascenso profesional, todo lo contrario, será motivo de orgullo y alegría.
En segundo lugar, Rebekah Shallcross incita a preguntarse qué aporta cada integrante a la pareja y a la relación. Es evidente que ese éxito exclusivo de uno de ellos ha alterado el equilibrio en los roles personales. Las aportaciones no solo consisten en ingresar dinero en la economía de ese hogar sino en el trabajo doméstico, el tiempo que se dedica a la familia y que se disfruta de verdad o en el apoyo emocional, entre otros aspectos. A veces, por ejemplo, el que colabora con un menor ingreso económico compensa el desequilibrio monetario con labores no remuneradas poco satisfactorias y nada reconocidas que terminan generando demasiado resentimiento.
Por último, la experta consulta si hay posibilidades de arreglar la situación y poner fin a los celos que ha ocasionado el éxito profesional de la pareja. La clave está en si cada uno puede y quiere transmitir todos esos sentimientos negativos y encontrar el camino para retomar el equilibrio de la relación. Simplemente ha llegado el momento de plantearse si merece la pena seguir juntos; no es necesario insistir en una relación que ya no funciona ni hace feliz.