Gisela Schwartz o por qué debes bailar aunque no se te dé bien: "El cerebro se limpia"

No hace falta saber, poseer un cuerpo tonificado o tener una edad determinada. Todos podemos bailar, solo hace falta dejarse mecer por el ritmo de la música y vivir el momento. Esa conexión con el presente trae consigo múltiples beneficios estudiados ya por la neurociencia. La bailarina Gisela Schwartz se dio cuenta de esto hace unos años y decidió crear en 2023 el movimiento Danzar y Conectar , cuyo lema principal es 'Todos podemos bailar', sin importar los estilos, los cuerpos ni los años que figuran en el DNI.

Hace 30 años, Schwartz decidió pausar su carrera artística para dedicarse por completo a su familia. Durante estas tres décadas, se entregó de lleno a la crianza de sus hijas, se hizo instructora de yoga y maestra de la pedagogía Waldorf. Ahora, ha vuelto a su primera pasión, la danza, pero desde una nueva perspectiva: la de compartir con otras personas el amor por el baile y los beneficios que procura. Sobre todo eso, las segundas oportunidades y los sueños que se hacen realidad, hemos hablado con esta bailarina.

Bailar es tu pasión. ¿Qué te aporta la danza?

La danza principalmente me aporta alegría. Siento que, aunque tenga un día quizás un poco más bajo de energía o algunas preocupaciones, al ir a mi clase, poner música y bailar, después veo el día con otros ojos. Me siento optimista y esperanzada, como si todo tuviera solución.

¿Bailar te ha ayudado a gestionar mejor tus emociones o algún periodo complejo de tu vida?

Sí, por supuesto, especialmente en este momento de mi vida. Cuando una mujer pasa los 50 años, hay muchos cambios en su cuerpo físico y en su emocionalidad. En mi caso, coincidió también con el famoso síndrome del nido vacío y, para mí, volver a bailar y reconectar con esa pasión que yo tenía me dio un propósito, me dio una identidad que un poco se desdibuja, ¿no?, a lo largo de los años de una mujer cuando se convierte en madre y tiene que adquirir otros roles en la sociedad y en el trabajo. Bueno, a mí esta etapa de la vida, volver a bailar, me ayudó un montón.

¿Crees que la danza puede ayudar a moldear el cerebro?

Bueno, científicamente nos ha aportado muchas pruebas de esto la neurocientífica Nazareth Castellanos. Yo lo que te puedo decir desde mi experiencia es que, cuando yo estoy bailando, todos mis pensamientos, mis preocupaciones, mis ansiedades por cosas que tengo que resolver, todo eso, mientras estoy bailando, desaparece. Mi cerebro se limpia, está la emoción, el cuerpo, el espíritu, todo está en el momento presente del baile. Yo siento que es una especie de lo que meditan, dicen que eso ocurre cuando meditan. A mí eso me ocurre mientras bailo, se me limpia la mente, estoy en el momento presente, con lo cual podríamos llamar que bailar es una especie de mindfulness en movimiento, ¿por qué no?

¿Hay que perder el miedo a bailar? ¿Se puede bailar con cualquier edad?

Se puede bailar a cualquier edad y se puede hacer todo lo que te apasione a cualquier edad. Que el miedo a la mirada extraña, al prejuicio, a si lo voy a hacer bien, realmente quede mucho más relegado a un segundo plano y poder poner como protagonista el deseo de lo que me da felicidad. En el caso de Danzar y Conectar, promovemos que todos pueden bailar. No importa tu edad, no importa tu cuerpo, no importa tu experiencia previa en el baile. El bailar y el reconectar con la alegría que te da la danza pasa por un lugar puro de disfrute y no de técnica, ni de perfección, ni de mucho menos del qué dirán, si lo hago bien o lo hago mal. No hay bailar bien; no existe ni el bailar bien ni el bailar mal. Lo que existe es disfrutar de la alegría que me da el bailar.

¿Qué pretendes con la iniciativa de 'Danzar y Conectar'? 

Estos talleres surgieron por una necesidad propia. Yo me encontré con una necesidad de bailar y no tenía un sitio donde ir o no tenía un grupo de pertenencia de mujeres de mi generación que amábamos la música de mi generación, que bailábamos de cierta manera donde ya prácticamente todo está cubierto por otros estilos que me encantan, pero que, de verdad, a mí no me salen, como el reguetón, el freestyle, el hip hop. Entonces, bueno, yo extrañaba mucho toda esa poesía de los años 70 y no encontraba dónde ir. Entonces, mis talleres están dedicados principalmente a todas esas mujeres de mi generación que, por algún motivo u otro, dejaron de bailar.

¿Qué piensas del nuevo enfoque de la neurociencia en el que se habla de los beneificios del baile para el cerebro?

Cuando conocí a Nazaret Castellanos [neurocientífica] y la escuché, me di cuenta de que era muy importante darle al grupo de mujeres que venía a Danzar y Conectar, toda esa evidencia científica de la que Nazaret habla. Y la verdad es que la experiencia se transforma y tiene algo… Se transforma en algo más con ese nuevo contexto que, gracias a Nazaret, podemos vincular, ¿no? Los beneficios que tiene la danza en la plasticidad neuronal, en la conexión de las neuronas, en sincronizar los corazones con el otro. Dar ese contexto científico a una actividad de baile, de juego, de alegría, para mí fue como completar la experiencia y llevarla a otro nivel.